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Torrevieja

«La Ballena» caerá en 4 meses

El Ayuntamiento comienza la demolición del edificio de 5 plantas desalojado hace 11 años, cuyo coste no quisieron asumir los propietarios

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Imágenes de los últimos diez años del edificio La Ballena que ha comenzado a derribarse ahora en Torrevieja

La demolición del edificio «La Ballena» comenzó ayer y se prolongará durante cuatro meses. No es un derribo al uso. Al menos hasta enero los vecinos no van a ver maquinaria pesada sobre el terreno para llevar a cabo la intervención porque la mayor parte de la demolición se va a hacer a mano, según informó ayer a preguntas de este diario la edil de Urbanismo, Fanny Serrano.

El objetivo, planteado en su día por los técnicos municipales, es salvaguardar la seguridad del resto de edificaciones anexas y controlar que no se produzca un desplome de la estructura sin control. «A mano» o con maquinaria ligera y de arriba hacia abajo, se derribarán las últimas plantas en las próximas semanas, mientras que para las primeras y el bajo se empleará maquinaria más potente. La actuación no afectará, en las primeras semanas, al tráfico de la calle Pedro Lorca, ni al acceso de garajes y viviendas de los edificios contiguos.

Los operarios de la empresa navarra Erri Berri, adjudicataria de la obra, tienen primero que retirar todo el material de fibrocemento con uralita que alberga el edificio, construido en los años 60 y uno de los primeros con planta baja, y cinco alturas que se levantó en Torrevieja. La uralita, también denominada asbesto, es un aditivo que estaba presente en fibrocemento, ahora prohibido. En el caso del edificio «La Ballena» hay que retirarlo de muchas zonas de todas las plantas. Se suele intervenir con un protocolo especial. No es peligroso integrado en el resto de estructura pero sí cuando se desprende o se retira en partes. Por ese motivo hay que adoptar medidas especiales.

Con tanta premura se ejecutó la orden de desalojo que la empresa va a dar a acceso y acompañar para garantizar su seguridad a propietarios que han solicitado retirar ahora algunos enseres personales que no pudieron recoger en su día con esa evacuación. También se va a llevar a cabo el trasplante de varias palmeras del jardín interior de la parcela, además de retirar escombros acumulados el solar durante la última década. La parcela fue desalojada de forma precipitada por orden del Ayuntamiento en mayo de 2006 ante el peligro inminente de ruina.

El Ayuntamiento ha adjudicado esta obra tras más de dos años de procedimiento administrativo y gastará algo más de 230.000 euros en el derribo. Con una rebaja importante con respecto al coste estimado por los técnicos de 369.000.

Después intentará repercutir el desembolso a los propietarios, entre los que se encuentran bancos, pero también un buen número de vecinos propietarios que tenían su segunda vivienda como residencia turística en el inmueble desde hace más de cuarenta años, e incluso un familias que residían el edificio durante todo el año. Los propietarios no llegaron a un acuerdo a la hora de rehabilitar la estructura con un coste similar al derribo-. Tampoco quisieron cargar con el gasto de la demolición.

Colonia de gatos

Entre 2006 y 2011 el municipio intentó desprenderse del «marrón» recordando a los 29 propietarios la ley que les obligaba a presentar un proyecto de rehabilitación o derribar el edificio. A mediados del mandato pasado la administración local tiró la toalla para iniciar ese proceso por su cuenta y asumir su coste, por ahora.

Los vecinos no terminan de creerse que haya comenzado la obra. Durante los últimos años el solar ha sido el foco de actos vandálicos, incendios, robos y ocupaciones, sin que el municipio actuara, ni lograra que los propietarios se pusieran de acuerdo sobre qué hacer. Voluntarios del Proyecto CES (Capturar, Esterilizar, Soltar) trasladaron a la decena de gatos que albergaba la parcela. Si los operarios encuentran más felinos lo comunicarán al área de Protección Animal del Ayuntamiento y a los voluntarios.

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