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Orihuela

El juez cree que el pliego de los chiringuitos se hizo «a medida»

El magistrado señala que la actuación de la exedil Scheurer, un técnico y el representante de la firma adjudicataria pudo tener «carácter delictivo»

Imagen de uno de los chiringuitos de playa ubicado en la costa de Orihuela. información

La investigación llevada a cabo por el Grupo de Blanqueo de Capitales del Cuerpo Nacional de Policía pone contra las cuerdas a la que fuera concejala de Playas de Orihuela durante la pasada legislatura, Martina Scheurer ( Los Verdes). El titular del juzgado de instrucción Número Tres de Orihuela cree que todas las presuntas irregularidades detectadas «determinan la sospecha fundada y racional» de que los requisitos incluidos en el pliego para la concesión de los chiringuitos playeros, en 2014, «se elaboraron a medida de la empresa Chiringuitos del Sol para favorecer su adjudicación».

El magistrado que instruye este caso de presunta corrupción urdido desde el Ayuntamiento de Orihuela apunta a que son tres las causas que demostrarían el presunto trato de favor que se dispensó para beneficiar a la citada empresa. La primera y más evidente fue incluir un requisito específico en el pliego de condiciones del concurso, que era contar con el certificado «Q de calidad turística». Sólo Chiringuitos del Sol disponía de ese distintivo de entre todas las empresas del sector que hay en la provincia.

El instructor recuerda que dicha firma estaba prestando el servicio en Orihuela desde 2006, pero no siempre tuvo ese emblema turístico. La empresa concluyó el contrato con el Ayuntamiento en 2013 y la administración local le extendió la concesión un año más. Pues bien, fue durante ese periodo adicional cuando la mercantil obtuvo la «Q», que fue el requisito que dejó fuera de juego a sus competidores durante el posterior concurso público. El instructor de la causa destaca que el resto de empresas que se interesaron por la concesión no pudieron ni siquiera intentar conseguir ese emblema porque el plazo para presentar las ofertas era de 20 días naturales, cuando el trámite normal para obtener esa «Q» era de no menos de dos meses.

Fueron precisamente las empresas que quedaron excluidas del proceso por no disponer de ese distintivo las que llevaron este asunto a los juzgados a través de una denuncia que fue posteriormente ampliada por el exedil Pedro Mancebo (CLr).

Expediente anulado

Cabe recordar que en el pliego inicial redactado por el Consistorio no se decía nada de esa «Q de calidad». Fue cuando el área de Playas estaba dirigida por Mancebo. El entonces edil preparó un pliego de condiciones para licitar el servicio y el procedimiento contó con el visto bueno del interventor. Sin embargo, ese expediente fue anulado por el exregidor Monserrate Guillén (Los Verdes). Mancebo fue expulsado del gobierno local el 31 de enero de 2013. El ecologista dijo entonces que dicho contrato hubiera afectado a las arcas municipales dado que el precio de salida era de 321.485,11 euros (alrededor de 120.000 euros más que el pliego de 2006) mientras que en el posterior concurso, en el que supuestamente se amañó, solo se elevó esa cifra hasta los 350.000 euros.

Precisamente la cuestión económica es otra de las que esgrime el juez para apuntar a las supuestas irregularidades de este proceso. Tras dejar fuera del procedimiento al resto de aspirantes a la adjudicación por no disponer de la «Q», se abrió la oferta económica de Chiringuitos del Sol. La empresa ofreció un canon «que apenas superaba en 13.000 euros al precio base de licitación, cuando en el año 2006 el canon ofrecido por Chiringuitos del Sol superó en un 360% el precio base de licitación», dice el juez. Ello invita a pensar que la empresa podría conocer que no tendría competidores y por ello realizó una oferta lo más ajustada posible para seguir al frente del negocio.

La tercera de las cuestiones que aduce el magistrado se centra en que el pliego de condiciones exigió que las empresas que se presentaran al concurso no tuvieran deudas pendientes con el Ayuntamiento. Sin embargo, el instructor cree que ha quedado acreditado que la mercantil «no se encontraba al corriente en sus pagos a la administración local puesto que le adeudaba el canon de varios años». Y eso queda demostrado porque desde el consistorio se le reclamó dicha deuda de forma previa, destaca el juez.

«Las demás empresas fueron excluidas por no cumplir el requisito de la Q de calidad turística y, en cambio, Chiringuitos del Sol no es excluida a pesar de no cumplir con ese requisito de no tener deudas con el Ayuntamiento», señala el auto judicial.

El magistrado concluye que «existen sospechas fundadas de que la actuación de la concejala Scheurer, el técnico A.J.L. y el representante de Chiringuitos del Sol, Thomas Wolfalng, han podido revestir carácter delictivo».

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