El puerto de Torrevieja fue el escenario ayer de un desahucio poco frecuente. Personal de seguridad del Puerto, que depende de la Generalitat Valenciana, apoyado por la Guardia Civil, desalojaron a trabajadores del principal aparcamiento al aire libre de Torrevieja, con cientos de plazas de estacionamiento, y uno de los más populares del casco urbano.

La empresa, Aparacamientos de Torrevieja, que llevaba más de 30 años trabajando en el «relleno», como se le conoce popularmente, perdió hace casi un año, a principios de diciembre de 2016, el concurso público impulsado por la administración autonómica para explotar el recinto. Un aparcamiento con una gran actividad y no solo en verano.

Los operarios retiraron las cerraduras, equipos informáticos y conexión al suministro eléctrico. Puertos ubicó varios carteles advirtiendo de que el recinto estaba fuera de servicio, aunque las barreras van a continuar abiertas hasta que la empresa legítimamente concesionaria del servicio no se ponga a trabajar en el aparcamiento. Por tanto, aparcar va a ser gratis hasta ese momento.

La confusión era grande ayer entre los habituales usuarios de este servicio porque accedían sin recoger el ticket y tampoco abonaban el servicio a la salida, algo a lo que estaban acostumbrados.

Fuentes de la mercantil, indicaron que habían recurrido en los juzgados la adjudicación por supuestas irregularidades y que se solicitaron medidas cautelares para seguir explotando el recinto mientras no se resolviera. En cambio, un portavoz de la Generalitat indicó que el juzgado no admitió esa petición de medidas cautelares y que sobre el terreno la empresa ha estado ocupando la concesión durante casi un año, con un aparcamiento que permanece prácticamente lleno durante casi cuatro meses al año, y que ayer mismo tenía casi todas las plazas cubiertas -la mayoría de los conductores que salían o entraban del recinto eran los habituales-.

Capacidad

La Generalitat publicó en pleno mes de agosto de 2016 la licitación de la concesión del principal aparcamiento del recinto portuario, con capacidad para albergar más de mil vehículos, por tres años, prorrogables de forma tácita, es decir, sin más trámite que la voluntad de la empresa de continuar con el servicio, hasta seis años más.

El Consell adjudicó los casi diez mil metros cuadrados a principios de diciembre de 2016. La empresa ganadora fue Dornier, que comercialmente se conoce como Empark, una de las firmas líderes del sector de gestión de aparcamientos y zona azul en España, y con líneas de negocio en otros países de Europa.

La mercantil se hizo con la concesión ofertando un canon anual de 179.000 euros. Cifra que da una dimensión de hasta qué punto es rentable este recinto de aparcamiento. Con la oferta ganadora compitieron otras cinco empresas del sector, aunque la mayoría se quedaron muy cortas en la oferta económica. La explotación de este aparcamiento afecta a la circulación del tráfico durante el verano. Se destinan dos carriles de entrada al puerto para dar servicio de acceso al aparcamiento.

Condicionado

La decisión de la Generalitat de sacar adelante esta concesión, firmada por el director general de Obras Públicas, Carlos Domingo Soler, resultaba llamativa porque condiciona durante años el destino de uno de los principales espacios públicos del puerto y lo entrega a una empresa.

Aunque la Generalitat y el Ayuntamiento mantienen que la concesión podría resolverse en cualquier momento si finalmente se aprueba la delimitación de espacios portuarios, que lleva en trámite dos años y llegan las supuestas inversiones que deberían abrir a la ciudad y al uso público esta zona de la bahía.

Condición resolutoria que no aparece en los pliegos de forma expresa. Una aspiración de las administraciones local y autonómica venden a los vecinos de Torrevieja desde hace décadas, a través de proyectos multimillonarios para grandes superficies comerciales o ahora con proyecciones más discretas.

Y el recinto portuario sigue manga por hombro

Los más de cuatro millones de euros de ingresos en concesiones que recibe la Generalitat por la cesión de dominio público del recinto portuario siguen sin tener una mínima repercusión en los servicios que se ofrecen en bahía. Las tres marinas deportivas siguen haciendo su negocio, mientras que los espacios públicos, en especial los situados junto a la lonja pesquera se degradan.

A la espera de la reordenación del puerto, que ha cubierto su plazo de exposición al público, los más de cien mil metros cuadrados que ocupan el corazón de Torrevieja, siguen sin recibir una mínima atención por parte de la administración autonómica, que asumió de Puertos del Estado el recinto hace 17 años.

Ni ahora, ni en anteriores mandatos la Generalitat ha reinvertido un mínimo de lo que ingresa en las concesiones de las tres marinas -eso sí, adjudicó el tercer club náutico en 2007. Algo que terminó de colmatar la lámina de agua de que era la bahía artificial más grande de la provincia, construida entre principios del siglo pasado y los años sesenta, para dar servicio a la explotación de sal.

El alumbrado -antes de 2005 y ahora- es pésimo, la dotación de limpieza muy insuficiente, hasta el punto de que la Cofradía de Pescadores se ha tenido que hacer cargo de parte de los residuos y así una larga lista de deficiencias.

Imagen de la intervención del personal de la Generalitat para desalojar el aparcamiento. Foto: Joaquín Carrión