Las dos familias que fueron desalojadas el pasado fin de semana de sendas viviendas en Bigastro no podrán por el momento volver a sus casas. El derrumbe de parte de una de ellas ha obligado a precintar los inmuebles, que seguirán cerrados hasta que no se garantice su estabilidad. La alcaldesa del municipio, Teresa Belmonte, explicó ayer que ahora serán los peritos de los seguros de ambas viviendas los que tendrán que estudiar la causa que produjo el derrumbe y proponer una solución. El Ayuntamiento esperará unos días para estudiar las medidas propuestas. Belmonte dijo ayer que, en principio, la situación no es grave puesto que tras las casas hay un descampado, por lo que no se producirían daños personales si hay nuevos derrumbes.