¿Qué haría usted si desde un canalón que da al colegio de su hijo cayera lejía? Cuestiones como estas se han convertido en un problema irresoluble para la comunidad escolar del colegio Les Dolses, de Orihuela Costa que, pesa a protestas y movilizaciones, sienten que nadie hace nada por solucionarlo. El pasado viernes, como informamos, los padres protagonizaron una concentración a las puertas del centro educativo para exigir una inmediata solución a los problemas, de toda índole, que sufren sus hijos.

"En primer lugar queremos hacer público la carencia de maestros que dificulta gravemente la calidad de la educación de nuestros hijos. Este colegio, históricamente, atiende a un gran número de alumnado extranjero (hasta 44 nacionalidades), lo que obligaría a contar con maestros de refuerzo para compensar las desigualdades, cumpliendo con ello la premisa de la Conselleria de un centro público, inclusivo y de calidad. Lejos de ello, nos encontramos con que, este curso, contamos con un maestro menos que el curso pasado, y al menos, cuatro menos que cursos anteriores. Cumplimos la normativa, nos dicen, pero no debemos olvidar que las reglas se confirman con las excepciones. Un colegio singular, requiere un tratamiento singular", afirman.

Pero lo que se ha convierto en un problema, que no es nuevo, pero que les afecta cada día más, es el muro de la urbanización vecina que "supone un grave peligro para la integridad física de los alumnos", afirman. Este muro tiene una grieta horizontal que lo atraviesa en su totalidad, algo que según el Ayuntamiento, ya explicó la edil de Educación, Begoña Cuartero, no supone el más mínimo peligro.

Los padres reiteran que sobre el citado muro se han construido una serie de edificaciones "ilegales", afirman, que agravan la situación, "debido al peso añadido de las mismas". Por si fuera poco, aseguran, "existen una serie de tubos de desagüe que vierten directamente sobre el pato de los alumnos. El año pasado, por uno de estos tubos cayó agua con lejía y echó a perder la chaqueta de chándal de un alumno", afirman.

La APA asegura que no quiere "pensar lo que hubiese sucedido si el citado alumno, en lugar de calor, hubiese estado cansado y, en lugar de caer la lejía sobre la chaqueta, hubiera caído sobre él". Al parecer la solución pasa por la construcción del muro de cerramiento de unos 160 metros, "del que carece el centro porque en su día no se construyó".

Entre otros incidentes, los padres recuerdan que el pasado curso, "una bola ornamental situada sobre una balaustrada que remata por arriba del muro, cayó al patio, con el consiguiente peligro. El citado adorno, pesa más de 10 kilos". Y aseguran que otro despropósito es que "las edificaciones tienen unas ventanas que dan, directamente, al patio de los niños. Estamos asistiendo a una serie de declaraciones cruzadas, en el sentido de repartir responsabilidades entre el Ayuntamiento de Orihuela y la Conselleria de Educación. Los padres no necesitamos responsables, sino soluciones. Lo que está en juego no es una responsabilidad política, sino la seguridad de nuestros hijos.