La plantilla de la Policía Local de Torrevieja lleva casi tres años sin realizar prácticas de tiro oficiales. La legislación recomienda dos sesiones de este tipo para todos los agentes que pueden portar armas - los interinos no están autorizados-. ¿Por qué? Los contratos, como casi siempre. La adjudicación de la prestación de munición se ha malogrado en dos ocasiones en el último año. La primera porque no se pudo «localizar» a la empresa interesada en realizar el suministro; el segundo, según se dijo tras la junta de gobierno que resolvió el expediente, porque la oferta había quedado desierta. Ninguna empresa vio atractiva la propuesta municipal de suministrar munición. A esta carencia se le suma la ausencia de un campo de tiro disponible en Torrevieja para estas prácticas, con lo que el recinto también debe contratarse -cuando haya munición-.

El director general de la Policía Local, Javier Mínguez, ha intentado en varias ocasiones soslayar estos problemas con iniciativas alternativas que no han tenido éxito. Por ejemplo, se convocó un curso impartido por un agente de Torrevieja especializado para que fuera convalidado por la entidad de la Generalitat encargada de la formación de los agentes. Sin embargo, esta propuesta fue rechazada por la administración. También intentó que el ejército cediera su campo de tiro en Fontcalent para realizar las prácticas. No pudo sacarlas adelante. En la misiva que Mínguez remitía a un mando del ejército para pedirle el espacio recordaba la alerta antiterrorista vigente en todo el país y la necesidad de que los agentes estén preparados ante cualquier eventualidad.

La carencia de este tipo de prácticas ha provocado que algunos agentes quisieran optar por formarse por su cuenta. El pasado 8 de septiembre un grupo de policías organizó una práctica de tiro en Crevillent- en el Club de Tiro Olímpico Las Vigías-. Una iniciativa muy informal denominada «Competiro entre los amigos de aquí» -con almuerzo y premios para los participantes en varias pruebas-. Un encuentro convocado como club de amigos pero, presumiblemente, con armas reglamentarias propiedad municipal. En este encuentro cada participante, de su propio bolsillo, aportaba 50 cartuchos.

Los agentes recogen sus armas de fuego del armero y la vuelven a dejar en el mismo lugar, situado en el retén principal, cada vez que realizan su turno de trabajo. Cualquier cambio de esa rutina, como trasladar el arma a otro ámbito distinto del trabajo diario, debe estar autorizado por el área de Intervención de Armas de la Guardia Civil. Según fuentes consultadas por este diario ese permiso expreso no se dio en este caso. Al encuentro, que se había anunciado con carteles en las propias dependencia policiales, acudió la Guardia Civil avisada supuestamente por otros agentes o mandos de la Policía Local que no estaban de acuerdo con la iniciativa. Agentes de la Guardia Civil llegaron al campo de tiro cuando la práctica ya había terminado. Supuestamente la Jefatura habría abierto un expediente para conocer los extremos de lo ocurrido.

Defensas «táser»

De los apenas 155 agentes operativos en la Policía Local en torno a un 30% son interinos. La normativa impide que esos policías puedan portar armas de fuego. Para que puedan estar protegidos en su actuación en la calle el Ayuntamiento sí que ha puesto en marcha un procedimiento para adquirir 50 pistolas eléctricas «táser». Además están en marcha otros dos contratos para comprar 150 chalecos balísticos para toda la plantilla y equipos de comunicación digitales individuales.

En el último pleno ordinario el alcalde, José Manuel Dolón, (Los Verdes), aseguró que de la partida chalecos que se había adquirido durante el anterior mandato, en torno a una treintena, diez habían «desaparecido».