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El Consorcio proyecta dos vertederos de última generación

El objetivo es tener listos esta legislatura los pliegos de las plantas de tratamiento de residuos

Las basuras siguen siendo uno de los asuntos más preocupantes para los 27 municipios de la Vega Baja. La comarca trata de sacarse el lastre de ser conocida por la corrupción y los chanchullos en cuanto al tratamiento de los residuos. Pero necesita de infraestructuras para la eliminación o traslado de las basuras de las cuales todavía carece, aunque ya se han dado los primeros pasos durante la semana que hemos dejado atrás, con el anuncio de la cesión de unos terrenos municipales en Dolores para instalar una de las dos plantas de transferencia de basuras necesarias en la comarca y la intención de una empresa privada de encabezar el proyecto de otra en Orihuela, como adelantó ayer INFORMACIÓNINFORMACIÓN.

No obstante, la intención del Consorcio Vega Baja Sostenible es la de conseguir que la Vega Baja acoja dos plantas de tratamiento de residuos, que eviten que los 27 municipios tengan que deshacerse de sus basuras en la planta de Reciclados y Compostaje Piedra Negra, en Xixona, y en la de Cañada Hermosa, en Murcia, en el caso de Orihuela.

Serían así dos y no una las plantas de tratamiento definitivas, según las bases técnicas, que se instalarían en una comarca que aún teme a los vertederos por la mala experiencia que ha tenido todos estos años con el basurero, que sería la mejor definición, de Proambiente, a caballo entre la pedanía oriolana de La Murada y el municipio murciano de Abanilla.

Una instalaciones que ahora serían modernas, con la última tecnología y alejadas de lo que hemos estado viendo hasta ahora en el ejemplo del vertedero de la familia Fenoll. Ya lo dijo el pasado martes el alcalde de Dolores, Joaquín Hernández, durante la firma del convenio de cesión de terrenos para ubicar allí una planta de transferencia: «Se ha terminado que a la Vega Baja se la vincule con la mafia de la basura y se ha acabado lo de las plantas de basuras y los camiones goteando».

Obviamente, aún no están decididas las ubicaciones donde se instalarían ambos vertederos, cuando aún la planta de transferencia de Dolores necesita los últimos informes y en Orihuela está en el aire dónde irá. Estas dos plantas de transferencia serían provisionales, hasta que se construyeran las de tratamiento, según anunció la pasada semana Manuel Pineda, presidente del Consorcio Vega Baja Sostenible.

Sólo en el caso de que las plantas de tratamiento estuvieran a más de 25 kilómetros (o 30 minutos) del municipio más alejado, se mantendrían esa infraestructura de transferencia, que en un periodo de 4 a 6 años se convertirían, si no son necesarias, en ecoparques o para tratamiento de podas o enseres. «Lo previsto es que si hay dos plantas de tratamiento no sean necesarias ya las de transferencia y se les pueda dar otros usos», señala el responsable del Consorcio Vega Baja Sostenible.

La intención de Pineda es dejar listos los pliegos de ambas plantas de tratamiento al acabar su legislatura al frente del Consorcio, una vez que en junio estén ya funcionando las dos plantas de transferencia, Orihuela y Dolores, como pretende.

Pero aún tiene pendiente el diputado conseguir lo más difícil, que la empresa pública Vaersa pueda ser un medio propio, que aún no lo es. En septiembre de 2016 se firmó un decreto para lograrlo.

«O comprábamos la acción o firmábamos convenio con Vaersa, lo que no nos permitió la abogacía de la Generalitat porque nos dijo que colisionaba con la Ley de Contratos, o bien una intervención de la Generalitat, que es donde estamos», explica Pineda. «Lo que queremos es ser ya autónomos», culmina.

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