Han sido nueve años de largos trámites y conversaciones para conseguir que el segundo y necesario colegio de Catral esté más cerca de ser una realidad. Ahora la pelota está en el tejado de la Conselleria de Educación tras haber hecho los deberes el Ayuntamiento al adquirir la parcela sobre la que se pretende ubicar el centro educativo y que tantos dolores de cabeza ha dado a los diferentes responsables políticos que han pasado por el Ayuntamiento desde que en 2008 se iniciaran los trámites para su adquisición.

Finalmente, durante el mes de agosto, se han firmado en la notaría las escrituras de segregación y cesión de los diez propietarios afectados por el Plan Especial Dotacional con destino a la construcción del Colegio Público de Infantil y Primaria número 2 de Catral. Los terrenos se ubican en una parcela de 13.706 metros cuadrados en la calle Comunidad Valenciana.

La construcción del segundo centro educativo está prevista en el Plan de Infraestructuras Educativas de la Conselleria de Educación que estimó su construcción para el segundo semestre de 2018, aunque esta previsión la hizo antes de poder contar con los terrenos necesarios. El pasado 12 de junio el Ayuntamiento recibió un requerimiento de la Consellería de Educación para aportar la documentación necesaria para iniciar el proyecto de construcción del CEIP número 2 de Catral, pero faltaba el suelo. Según las previsiones actuales de Educación, el nuevo centro escolar está previsto dotarlo con 6 unidades de Infantil, 12 de Primaria y comedor.

El Consistorio, ante la falta de suelo de propiedad municipal para ceder a Educación, inició en 2008 la tramitación de un Plan Especial Dotacional ante la Conselleria de Urbanismo para cambiar el uso del suelo de rústico a dotacional de la parcela destinada al nuevo colegio. No fue hasta julio de 2010 cuando fue aprobado ese plan y, a partir de ese momento, el Ayuntamiento tuvo que gestionar la adquisición de los terrenos afectados y llegar a acuerdos con sus propietarios.

Negociaciones

Ahí empezó un largo período de negociaciones que se rompieron en 2012 con algunos de los dueños de los terrenos. En 2015 se retomaron y se han ido firmando los convenios urbanísticos con los titulares de las propiedades que aún no lo habían rubricado, para la obtención de suelo a favor del Ayuntamiento de Catral con destino a dotación escolar, a cambio del aprovechamiento urbanístico futuro en el desarrollo del PGOU.

Para poder firmar estos convenios urbanísticos, el Ayuntamiento ha tenido que gestionar previamente poderes notariales entre propietarios, documentación fiscal ante la AEAT, declaraciones de herederos, herencias, autorizaciones judiciales a favor del tutor de un titular incapacitado y asumir todos los gastos notariales, registrales y administrativos como se comprometió con los propietarios a través de los convenios firmados.Durante los últimos meses el Consistorio ha tramitado las actualizaciones necesarias sobre la parcela en la Dirección General del Catastro y las licencias de segregación. Un calvario burocrático que concluyó el pasado mes de agosto con la firma de las nueve escrituras de los diez propietarios con suelo afectado por el Plan Especial Dotacional.

Esta semana el Ayuntamiento va a remitir toda la documentación técnica sobre la parcela a la Subdirección General de Infraestructuras Educativas para que emita el Informe de Viabilidad Técnica y, una vez favorable, se llevará a pleno, previsiblemente en noviembre, la cesión de la parcela a la Conselleria de Educación para que pueda iniciar los trámites de adjudicación de la redacción del proyecto y la licitación de las obras.

«Sabemos que depende todo de la disponibilidad presupuestaria de la Generalitat pero nosotros hemos hecho los deberes y confiamos en que Educación pueda dejar, al menos, redactado y adjudicado el proyecto antes de acabar la legislatura», señala a este diario el alcalde de Catral, Pedro Zaplana, quien solicitará reunirse con los responsables de Educación una vez cedidos los terrenos.

Masificadas

Se trata de una infraestructura necesaria para descongestionar el único colegio de la localidad, el Azorín, que cuenta con más de 1.000 alumnos y unas aulas masificadas. De hecho, los alumnos catralenses no sólo estudian en este centro ya que la falta de espacio obligó a poner barracones en el patio e, incluso, hay clases que se han tenido que trasladar a la Casa de Cultura. «Es urgente que se ejecuten las obras del segundo colegio porque está muy masificado el único centro», manifiesta Zaplana.