?El hecho de que el municipio no haya podido avalar con un contrato alguno de sus servicios más importantes, provoca que se abonen las facturas millonarias con muchos meses de retraso y que la morosidad aumente. Algo paradójico en un Ayuntamiento que cuenta con un remanente de tesorería por encima de los 40 millones de euros. Es decir, los impagos nunca son falta de liquidez sino por la tramitación burocrática de servicios prestados sin contrato.