El limón Verna, la variedad preferida por su rentabilidad en la Vega Baja y que sigue un constante aumento de hectáreas año tras año, es la gran perjudicada por la reducción de la cosecha de cítricos que se espera en la Comunidad para esta nueva campaña pues se quedará prácticamente en la mitad, según las primeras estimaciones realizadas por la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático, que ayer se hicieron públicas y reflejan un descenso global de 3.143.984 toneladas, lo que supone un 20,3% en relación a la campaña pasada. En total, 800.000 toneladas menos. En la provincia disminuye un 20,9%; en la de Castellón, un 23,6%; y en Valencia, un 19%. Y esto es así porque las lluvias cuando cayeron no ayudaron precisamente a naranjos y limones, «afectaron a las raíces y debilitaron el arbolado, provocando una floración irregular y del cuajado», dice la Conselleria, y a ello se unió que «las elevadas temperaturas de mayo también influyeron negativamente». El descenso más importante entre los cítricos se registrará en las mandarinas (el árbol que menos afecta a la comarca) pues se prevé 1,3 millones de toneladas (un 24% menos), seguido por las naranjas, que se esperan 1,5 millones (un 17,6% de bajada) y, finalmente, los limones, con 246.000 toneladas (un 16%). Y es este último fruto el que más preocupa en la Vega Baja porque la práctica totalidad de la producción de la Comunidad se concentra en la comarca, con más del 80% de las diez mil hectáreas plantadas. Según la previsión de la Conselleria, la variedad Verna es la más afectada, con un descenso de producción del 48,7%, lo que supone 42.624 toneladas, mientras que la variedad Fino se reducirá en un discreta 2,5% y 5.100 toneladas. Según la Conselleria, estos datos devolverán a los agricultores a la producción de hace dos años. A pesar de ello, la Vega Baja continúa ampliando el número de hectáreas plantadas, un 6,4% con respecto al año anterior, y casi todo ha sido de Verna.

Aforos

La estimación de la próxima campaña de cítricos se realiza en función de un estudio de los aforos y se presentó ayer a los representantes de sector agroalimentario por la propia consellera Elena Cebrián. Los cítricos son uno de los principales bienes que exporta la Comunidad Valenciana, con casi 2,5 millones de toneladas el pasado ejercicio, lo que supone más de la mitad de la producción de todo el país. En la Comunidad alcanzó la pasada campaña los 3,9 millones de toneladas por delante de la de Andalucía (dos millones de tonelada) y de Murcia (868.191 toneladas).

El efecto directo de esta reducción de la producción será el incremento de precios para el consumidor final sin que ello repercuta en el agricultor por la pérdida de volumen de la cosecha, algo de lo que estos se quejan amargamente. En cualquier caso, la Conselleria considera que la campaña, pese a la merma, supondrá que la fruta alcance una «buena calidad y buen calibre (...) las últimas lluvias de finales de agosto y principios de septiembre han sido beneficiosas y pueden incidir en una adecuada composición calibre-zumo-maduración, sobre todo las variedades tempranas».

Agricultura también añade que «la menor previsión de fruta está haciendo que los mercados se muestren más animados que la campaña precedente, adelantándose las primeras transacciones al mes de juio y, en general, registrándose precios de cotización mayores que la campaña 2016/2017 por estas mismas feCebrián destacó que la Comunitat Valenciana se mantiene en cabeza en producción y comercialización citrícola, con 3.943.213 toneladas, solo un 0,3% inferior al primer aforo que se presentó hace un año. Los cítricos valencianos representan el 55,4% de la producción estatal, seguida de Andalucía (29,4%) y Murcia (12,2%).