Un emotivo pregón a cargo de la enfermera ya jubilada Fina Llácer da paso a la semana grande de Dolores, la de sus Fiestas Patronales 2017, en honor a la Virgen de los Dolores. En el acto intervino el alcalde, José Joaquín Hernández, la concejala de Fiestas, Raquel Sirvent y Rosa Guillén, alcaldesa de Albatera, municipio dónde nació Llácer.

Hernández, señaló que las fiestas suponen "un soplo de energía en nuestra vida cotidiana". Destacó en su discurso la forma en que se viven las fiestas en el municipio, de puertas para afuera "las calles y plazas de Dolores se llenan de gente y de bullicio y se convierten en un espacio para todos y de todos. Sacamos nuestras casas a las calles. Este espacio público es dónde se recibe a visitantes y amigos "en un ambiente de hospitalidad y fiesta".

Así mismo, el primer regidor no quiso dejar pasar la ocasión para hacer un llamamiento a la sensatez y al respeto durante las celebraciones, así apeló a "defender la pluralidad, lo que nos enriquece y evitemos actos que puedan desembocar en agresiones de ningún tipo. Lo importante es vivir unas fiestas dónde los protagonistas seáis vosotros; dónde las Peñas y comisiones festeras, las reinas y damas, brillen con luz propia. Y dónde los más pequeños aprendan de nosotros a disfrutar de las Fiestas al máximo, a participar desde niños y a respetar a los demás".

El alcalde tuvo una mención especial para los músicos de la Unión Musical de Dolores, "partícipes indiscutibles en todos los actos festivos del municipio y que este año han conseguido algo muy grande, han ganado el Certamen Internacional de Bandas de Música Ciudad de Valencia y han llevado el nombre de Dolores a lo más alto".

Agradeció el intenso trabajo que siempre hay detrás de los eventos festivos y también tuvo unas palabras para los "las personas que trabajan durante las fiestas y que tienen que sufrir los inconvenientes del ruido y la música que dificultan su descanso".

En cuanto a la pregonera, José Joaquín se refirió a ella como una persona muy involucrada en la vida de Dolores, en sus fiestas y asociaciones, una persona conocida y querida por todos. Y destacó que "al proponerle ser la pregonera de las fiestas, hemos querido devolverle una pequeña parte del cariño que siempre nos ha dado a los demás".

Por su parte la pregonera, Fina Llácer, se mostró claramente emocionada y agradecida por el honor que se ha depositado en ella. Así recordó como los avatares de la vida la llevó primero a ser religiosa y luego enfermera, y como aterrizó en Dolores de la mano de su amado esposo "Juan el Castañico". A él y a sus dos hijas María y Valeri y a su yerno Julián quiso agradecer todo el cariño y apoyo que siempre ha tenido de ellos.

Recordó con cariño y nostalgia, las duras e intensas jornadas de trabajo como "practicanta" en Dolores, "en una época en la que a deshoras, era la policía local la encargada de localizarme a través de un walki talkie". Una época en la que sólo ella se hacía cargo de los cuidados de enfermería, "Por lo que era un trabajo con disponibilidad las 24 horas del día. Algo sólo compensado por el cariño y gratitud de la gente".

Según explicó, más tarde, cuando ya hubo un Centro de Salud, los medios personales y materiales se ampliaron y el trabajo "fue más sosegado".

Como anécdota destacó su relación con los niños a los que dice recordar "de manera muy especial" y aquel sistema suyo de pincharles "sin aguja", algo que muchos jóvenes todavía hoy siguen recordando.

Fina, mujer de fuertes convicciones religiosas dejó clara su devoción y fe a la Virgen de los Dolores, a la que pidió "por los que no tienen trabajo, por los marginados por los seres queridos, por los enfermos, por los inmigrantes y por la juventud, para que encuentren su camino".