Manuel Gallud ha roto su silencia para hablar de política después de dos años y medio alejado de la primera línea. El que fuera concejal los anteriores mandatos ha recurrido los presupuestos del Ayuntamiento de Orihuela, aprobados el pasado mes de agosto, y lo ha hecho porque no le salen las cuentas en una de las áreas más sensibles del mismo: las basuras. El exconcejal asegura que si sumando los gastos del pasado año, que aparecen en la propia página web del Ayuntamiento de Orihuela, este asciende a 9,6 millones de euros, no es posible que para este año la cifra sea muy inferior; concretamente, de 8,84 millones de euros. El edil tiene una explicación: "Percibo un incremento en el peso del lado oscuro de la fuerza dentro de la coalición gubernamental del Ayuntamiento de Orihuela, presuntamente encaminada a los oscuros intereses de provocar un deterioro del servicio que pudiera justificar el objetivo de privatizarlo".

El diario ya se hizo eco en agosto de un informe interno del Ayuntamiento en el que se advertía al alcalde, Emilio Bascuñana, de esta cuestión: que con casi un millón menos de euros no se puede gestionar un servicio que cada vez cuesta más y no menos. Es más, el propio Gallud recuerda que el equipo de gobierno se ha vanagloriado los últimos meses del aumento de visitas turísticas, así como de la actividad industrial y comercial. El exconcejal ecologista se pregunta cómo, si se ha generado más basura este año, se pretende recoger y eliminar con un 10% menos de presupuesto. Curiosamente, el presupuesto de este año aumenta en ocho millones de euros.

Gallud va más lejos y recuerda que con el presupuesto previsto no se puede acometer la sustitución de los vehículos del citado servicio, "puesto que me consta que algunos se encuentran ya fuera de vida útil", asegura en el escrito del que ha dejado constancia a través del registro municipal. También añade que serían necesarias inversiones en la zona de la costa donde se ha detectado que los trabajadores carecen de vestuarios o duchas. "Merece una meción también el hecho de que un gran número de contenedores grises se haya en un lamentable estado, siendo urgente su sustitución inmediata. También se debería asignar una partida de inversión que solucione dichas deficiencias". El edil, en definitiva, se manifiesta muy preocupado por la situación en uno de los servicios más polémicos en el municipio y que dio origen al caso Brugal.

Luchas internas

El actual concejal de Limpieza fue nombrado hace pocos meses y es Dámaso Aparicio, a la sazón presidente del PP, quien presentó hace unas semanas un escrito de denuncia contra el alcalde, Emilio Bascuñana, de su mismo partido, ante el Comité de Derechos y Garantías del Partido Popular para que se esclarezca cómo es posible que hasta la mesa del regidor llegaran conversaciones privadas de su móvil que se había intercambiado, a través del WhatsApp con empresarios, políticos o, simplemente, familiares y amigos. Esta denuncia y la carga de profundida que lleva aparejada la mala relación entre ambos es lo que ha ensombrecido y mucho las relaciones dentro del propio grupo del Partido Popular. El hecho de que tenga menos presupuesto del que se gastó el pasado año -cuando la concejalía era dirigida por una compañera- no es una cuestión que ni uno ni otro ha podido explicar. Y si Bascuñana le ha dado menos dinero del necesario para gestionarlo como "vendetta" política, tampoco nadie ha dicho nada, aunque se podría intuir. Ahora bien, ese "lado oscuro de la fuerza" al que se refiere Gallud no parece que tenga nada que ver con esta cuestión.