Los dos matrimonios franceses que salvaron a una tortuga ante la costa de Orihuela se han reencontrado hoy con ella, prácticamente recuperada ya y bautizada con el nombre de una de las mujeres, en el Área de Recuperación y Conservación de Animales (ARCA del Mar) del Oceanogràfic de València.

La tortuga, de la especie "caretta caretta", estaba enmallada el pasado 26 de agosto entre residuos plásticos que hacían que no pudiese nadar y Cristina, Patrick, Elisabeth y Charley, nada más divisarla, llamaron al Ayuntamiento de Torrevieja, que activó el protocolo para poder trasladarla a la costa y más tarde al ARCA.

Tras casi diez días de recuperación en el Oceanogràfic, el galápago se ha recuperado de sus heridas en la aleta derecha y del principio de neumonía que presentaba por haber tragado agua.

Según ha explicado hoy el veterinario de la Fundación Oceanogràfic Vicente Marco Cabedo, "la tortuga está casi recuperada del todo".

Ambos matrimonios, al reencontrarse hoy con ella, han expresado su alegría al verla tan bien, después de visualizarla en las condiciones en que la encontraron: la tortuga estaba enredada entre las cuerdas y botellas de plástico de un palangre con anzuelos ilegales.

Los franceses, que llevan viviendo desde hace un año en Torrevieja, navegaban en dos embarcaciones frente a las costas de Orihuela cuando divisaron la tortuga y, tras intentar izarla sin éxito, se acercaron a la costa de Torrevieja, desde donde dieron el aviso y mantuvieron a la tortuga a flote hasta que llegó la ayuda.

"Durante la hora que tardaron en llegar los operarios, estuve sujetándola a pulso para poder mantenerla a flote y conseguir que no se alejara de nosotros para poder salvarla", ha manifestado la francesa que se encargó de esta tarea, Cristina, quien ha bautizado a la tortuga con su mismo nombre.

Desde el Ayuntamiento de Torrevieja se avisó al 112, quien activó la Red de Varamiento, una entidad de las que forman parte la Conselleria de Infraestructura, Territorio y Medio Ambiente, la Universitat de València y el Oceanogràfic.

Una patrulla de Cruz Roja acudió donde se encontraban las embarcaciones y, gracias a una moto con camilla, trasladaron a la tortuga hasta la orilla; allí, un biólogo del Ayuntamiento de Torrevieja, Juan Antonio Pujol, siguió las instrucciones del ARCA y liberó al animal de las cuerdas para que posteriormente fuese trasladado a València.

"Este es un gran ejemplo de colaboración ciudadana", según Cabedo, quien ha explicado que "dependiendo del tiempo que los animales pasen con la aleta enmallada, las opciones se van reduciendo" y ello provoca que, "en las peores ocasiones, haya que amputar la aleta".

La tortuga Cristina, que ya pesa 24 kilos, es el galápago 341 que la Fundación Oceanogràfic ha tratado durante sus siete años de actividad.

Desde la fundación han recordado la importancia de no desenrollar a los animales cuando se encuentran en estas situaciones y de llamar inmediatamente al 112.