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Redován

Pendientes de un hilo

La Gramaera organiza un año más una exhibición de los trabajos del cáñamo donde pone de manifiesto el declive que sufre esta tradición

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Exhibición de hilo y grama en Redován

Si una actividad hacía célebre a la Vega Baja hace medio siglo, esa era el trabajo del cáñamo. Palabras como «gramao», «espadao» o «hilao» eran muy populares entonces. 50 años después no sólo esas palabras han prácticamente desaparecido del vocabulario «vegabajero», sino que la propia actividad, que se mantiene gracias a un grupo de entusiastas que conservan la tradición y la exhiben varias veces al año, puede tener los días contados si las autoridades municipales no le ponen remedio. «Ya no hay repuesto para las personas que por hacerse muy mayores o porque fallecen dejan de participar en estas exhibiciones. A los jóvenes no les resulta atractiva esta tradición de nuestros abuelos y no la aprenden, y poco a poco nos estamos quedando sin gente que la practique», señala Roque Albert, presidente de la Escuela del Cáñamo de Callosa.

Le secunda Cayetano Ferrer, de la asociación cultural y festera La Barraca La Gramaera de Redován que este año celebra, precisamente, su 40 aniversario. «Estamos en un gran declive. La gente se va haciendo mayor y va a costar mucho mantenerlo. Si tuviéramos ayuda...». Se refiere a ayuda municipal. Los ayuntamientos donde aún se conserva la tradición de los trabajos del cáñamo, Redován y Callosa de Segura, dan subvenciones, pero dicen que son insuficientes, al menos en el caso del municipio redovanense. «Nos dan una pequeña asignación, pero es cortísima a pesar de todas las actividades que hacemos a lo largo del año y con las cuotas de los socios apenas nos da para hacer los desfiles. Si no nos ayudan, terminaremos desapareciendo», sentencia Ferrer.

Albert, por su parte, dice haber propuesto una solución a estos consistorios sin tener que hacer gasto. «Podrían puntuar en las bolsas de empleo a los jóvenes que hacen cursos en la Escuela del Cáñamo. Sería una manera de incentivarlos a mantener la tradición, pero nunca me han respondido».

Exhibición

El colegio Sagrados Corazones de Redován acogió ayer la 37ª exhibición de grama e hilado del cáñamo organizada por la asociación La Gramaera. Allí se mostraron los trabajos de grama, espadado, rastrillo e hilado, y se pudo ver cómo se fabrican las sogas, las alpargatas o las cuerdas, como se hacía antaño, todo de manera artesanal, ya que ahora todo el proceso es industrial. La muestra contó con la participación de una treintena de personas, de las cuales diez llegaron de Callosa gracias a la Asociación Cultural del Cáñamo, al carecer en Redován de costureros, zapatilleros, hilador o rastrillador. «No queda otra que hacer intercambios entre Callosa y Redován», dice Ferrer.

Una tradición que corre peligro y que en Callosa pretenden proteger con su declaración como BIC.

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