Hasta ocho señales de prohibido aparcar y parar y un tramo de unos cinco mil metros cuadrados de cebreado amarillo no son obstáculo para que cada día cerca de un centenar de conductores decidan aparcar su coche sobre la estructura de cubrición del Canal de La Mata, que conecta el mar con las salinas. Incluso estos aprovechas las líneas amarillas como guía para aparcar en batería. Lo que en cualquier otro lugar a lo máximo que se podrían exponer es a una multa o a que les retirara el vehículo la grúa, en esta zona corren el peligro de hundirse. Así lo lleva advirtiendo la dirección provincial de Costas desde el año 2003, aunque no ha sido hasta esta legislatura cuando se han empezado a tomar en serio la advertencia, colocando señales de prohibición, que a tenor de lo que se puede ver cada día, no están siendo efectivas.

La dificultad en verano de encontrar un aparcamiento en la pedanía torrevejense hace que los conductores se arriesguen a una sanción por aparcar donde no se debe. El caso es que la Policía Local no está sancionando esta conducta que es, incluso, peligrosa. Lo reconoce el edil Javier Manzanares. «Faltan policías en el municipio y en verano se agrava la situación por la cantidad de turistas que nos visitan y no pueden estar a todo».

Manzanares tiene sobre la mesa otro problema derivado de la peligrosidad del suelo que está sobre el canal. La dirección provincial de Costas remitió en mayo al Ayuntamiento de Torrevieja una notificación prohibiendo la instalación allí del mercadillo semanal, como se viene haciendo desde hace más de 15 años. Costas alertaba del peligro para la integridad de las personas por posible hundimiento de la cubrición del canal, bajo amenaza de sanción muy grave, si mantenía los 160 puestos que se ubican allí los miércoles y el aparcamiento.

La resolución de Costas, organismo estatal dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, fue acompañada de un informe anexo del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona).

Nuevo emplazamiento

El Consistorio lleva desde entonces buscando un nuevo emplazamiento para el zoco. Manzanares se ha reunido con los mercaderes y con vecinos y comerciantes de la pedanía. Mientras los primeros ven con buenos ojos situar el mercado en el entorno de la Avenida de los Europeos, los segundos ven peligrar las numerosas visitas, sobre todo de extranjeros, que acuden cada miércoles al mercadillo y aprovechan para desayunar en el centro de la pedanía y hacer allí otras compras.

«Estamos midiendo las calles aunque al no tener un técnico asignado de Vía Pública dependemos de la ayuda de otros técnicos y estoy en conversaciones con todas las partes para llegar a un consenso, que espero anunciar muy pronto», explica Manzanares.

La estructura que se construyó en su día para cubrir el canal salinero no se dimensionó para soportar tal excesivo peso. El Ayuntamiento conoce, desde el pasado año, los peligros que entraña el que aparquen en este lugar un centenar de vehículos diarios y la advertencia ahora es mucho más drástica: tampoco deben transitar personas. Patrimonio del Estado, que es el propietario del suelo, requirió ya en 2003 al Ayuntamiento de Torrevieja que no permitiera el tránsito de vehículos por la zona ya que la cubrición del canal del acequión se hizo de manera que no tiene una estructura que permita el paso del tráfico rodado ni que pueda mantener un peso continuo, aunque todas las advertencias fueron desoídas.

Patrimonio del Estado llegó a alertar del riesgo de hundimiento y del peligro para la vida de las personas si se mantenía abierto al paso de vehículos la zona central del canal, en la urbanización de Puerto Romano. La arquitecta municipal ratificó la situación de peligro por lo que la concejalía de Urbanismo decidió actuar y señalizar la prohibición de aparcamiento y parada de coches.

Una situación que resulta chocante al comprobar como decenas de conductores se saltan a la torera las prohibiciones. Y no es por la multa. Es por el peligro que este hecho supone.