Una arquitecta adscrita al área de Urbanismo advirtió a la Generalitat y al propio Ayuntamiento en enero pasado que la creación de un corredor ecológico entre Ferrís y la laguna de Torrevieja, previsto en el Pativel, cuenta con un obstáculo geográfico y de infraestructuras difícil de salvar técnicamente: todo el sector está atravesado, de norte a sur, por la carretera Nacional-332. Además, y aunque ese mismo informe no lo cita, se trata de un vial que en un futuro deberá desdoblarse para duplicar su capacidad de tráfico. Ni la primera versión del Plan de Acción Territorial de la Infraestructura Verde del Litoral (Pativel), ni la segunda, expuesta a consultas y participación pública contemplan esta salvedad. La concejal de Urbanismo y teniente alcalde, Fanny Serrano, no hizo mención de esta advertencia, cuando informó de «su satisfacción» por el hecho de que la Generalitat tenga previsto proteger estos suelos, los únicos no urbanizados al sur del casco urbano en primera y segunda línea de playa en Torrevieja y que conectan con la laguna.
La funcionaria rubricó el informe el 17 de enero, supuestamente antes de la segunda revisión del Pativel. Su análisis dice que las dos zonas calificadas en el Pativel como protegidas «son colindantes pero están separadas por la 332. Este hecho hace que (La Ceñuela-Sector 29) no tenga conexión (directa) con el litoral, y por lo tanto, no se ajusta a las condiciones de este tipo de suelo» protegido.
En la voluntad de proteger estos terrenos se ponen en juego muchos intereses públicos y privados. El suelo afectado que supera el millón de metros cuadrados entre ambos sectores es propiedad de constructoras. El Pativel pretende liberar de cualquier proyecto residencial la zona, saturada urbanísticamente. Y lo quiere hacer con un instrumento legal supramunicipal -el municipio no podrá modificarlo en un futuro en el PGOU. Ferrís Alto y Bajo, junto al mar, sobre 450.000 m2, los suelos figuran como no urbanizables en el PGOU desde 1986, y no existe trámite urbanístico abierto para cambiar esa condición. En el segundo caso, para La Ceñuela, sí hay un procedimiento en marcha desde hace 12 años un procedimiento de reclasificación de suelo rústico a urbano por homologación del Plan General, para llevar a cabo la construcción de un residencial con capacidad para albergar 1.700 casas. Sin embargo, el suelo sigue figurando como rústico no urbanizable. El actual Consell llevó a cabo tramitaciones para su aprobación definitiva antes de que planteara en el Pativel protegerlo, lo que, desde el punto de vista urbanístico solo dejará al propietario la posibilidad de realizar edificaciones con escaso impacto en el medio, pero nunca viviendas. El terreno es el que forma parte de una de las escasas explotaciones agrícolas del término municipal de Torrevieja.
Cítricos y algún bancal de olivos, entre urbanizaciones, el Hospital Universitario de Torrevieja y la carretera nacional. Los suelos no urbanos entre ambas fincas apenas «se tocan» en un franja de 70 metros lineales y con la carretera como barrera. La propiedad de La Ceñuela asegura que en su día cedió de forma gratuita el suelo para albergar el Hospital, junto al sector que quiere urbanizar, que funciona desde 2007 a cambio de que el Ayuntamiento agilizara la tramitación del plan parcial. Algo que recoge un convenio entre el particular y el Ayuntamiento. El municipio ha cumplido -hay una aprobación provisional del pleno previa al fin del mandato anterior-, pero el suelo no ha adquirido la condición de urbano. La Generalitat entiende que no tiene derecho a indemnización. Algo que no comparte el promotor, que ya ha advertido de que irá a los tribunales si su plan urbanístico es liquidado.
