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Orihuela

La pesadilla de la basura en La Murada llega a su fin

Vecinos de La Murada celebran el sellado del vertedero de Proambiente y constatan que este verano se han reducido los olores

Una pala durante los trabajos para amontonar la basura depositada de forma descontrolada y proceder a su sellado. tony sevilla

Seis años después de que los vecinos de La Murada comenzaran su batalla contra el vertedero de Proambiente, por fin están empezando a ver los resultados. Residentes de esta pedanía de Orihuela han constatado que el nauseabundo olor que les obligada a mantener sus casas cerradas a cal y canto ya se ha visto reducido de forma considerable. Sobre el terreno se aprecia que donde antes había ingentes montañas de basura ahora hay una capa de tierra sobre la que crecerá vegetación. Todavía queda mucho trabajo pendiente, pero parece que los muradeños están despertando ya de su pesadilla.

Los trabajos de sellado están siendo acometidos por Murcia y Valencia, dado que el vertedero está ubicado en el límite entre ambas comunidades. El vaso que ha sido sellado por la Generalitat sobre terreno oriolano tiene un perímetro de cerca de 18 tahúllas y se ha necesitado una inversión de 820.000 euros. La obra ha sido acometida la empresa Tragsa y ha consistido en colocar diversas capas de material geotextil intercaladas con grava, arcilla y, por último, tierra vegetal. Bajo de ese lecho de arena se han introducido podas, semillas y abono y se espera que un manto verde empiece a brotar con las primera lluvias del otoño.

La enorme montaña de basura que se fue creando de forma descontrolada en uno de los puntos del vertedero, frente a las naves industriales, provocaba la emisión de gases y en diversas ocasiones los bomberos tuvieron que acudir a sofocar incendios. En ese punto se han colocado ahora chimeneas para controlar la salida de fluidos gaseosos. Los efluvios de metano se utilizan para producir electricidad por la empresa Energía del Sureste, que tiene las instalaciones junto al vertedero y que probablemente gracias al trabajo de sellado podrá aumentar su producción.

Evitar filtraciones

Sobre las zonas ya selladas también se han habilitado unas canalizaciones de hormigón para dirigir el agua de lluvia con tal de evitar que se filtre hacia la parte inferior, atestada de desperdicios. Dichos aliviaderos conducirán el agua hasta una rambla natural.

Hasta el momento el trabajo de sellado se ha concluido en el vaso número tres y en la acumulación de basura que ha sido sellada por la Generalitat, creando un nuevo vaso. Los trabajos continúan en este momento en los vasos uno y dos, cuya ejecución está al 65%. Existe otro vaso más, el denominado inicial, que en su día fue sellado por los gerentes del vertedero, aunque no está claro que el trabajo se hiciera correctamente y habrá que seguir de cerca su evolución.

Los lixiviados que se forman por la descomposición de los desechos se canalizan asimimo hasta una gran balsa construida para acumularlos y evitar que discurran rambla abajo, como ha venido sucediendo en los últimos años, cuando ese líquido contaminante se ha expandido por tierras de cultivo. Dicho recipiente tiene capacidad para 50.000 metros cúbicos.

Lo que la asociación de vecinos Vertivega todavía no tiene claro es si con el sellado del vertedero se acabarán los ríos de lixiviados que han llegado en otras ocasiones casi hasta las puertas de sus casas. Aunque los vasos del vertedero ya están controlados, quedan otras fincas de alrededor en las que también se enterraron cientos de toneladas de desechos de todo tipo sin tratar, y sobre las que ese plantaron cítricos. Ese asunto está siendo investigado en los juzgados de Orihuela y Cieza y se prevé que en poco tiempo se decrete la apertura de juicio oral. Tras esto las dos administraciones pedirán indemnizaciones económicas a la mercantil, que entró en concurso de acreedores.

Por todo ello, desde Vertivega se ha pedido a la Generalitat que se realicen tomografías para comprobar si, tal y como sospechan, existen líquidos procedentes de la basura acumulados en el subsuelo. Integrantes de ese colectivo apuntan que será con las próximas lluvias cuando verán si se siguen desparramando lixiviados. No obstante, consideran que con el trabajo realizado sobre los vasos colmatados de desechos ya se ha dado un gran paso.

Aunque con las tareas de sellado del terreno se está haciendo lo más complicado y costoso, las administraciones deberán de ocuparse después de la regeneración del terreno y del mantenimiento postclausura durante 30 años.

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