Los socorristas de Cruz Roja en Guardamar del Segura vivieron ayer una de las jornadas más tensas en lo que va de verano. Los vigilantes realizaron hasta 28 intervenciones de urgencia para rescatar a bañistas que habían quedado atrapados en el agua, de los que uno acabó en el hospital. Todos desobedecieron la prohibición de bañarse con bandera roja y se expusieron al peligro de verse arrastrados por corrientes marinas. Entre ellos, hubo incluso padres y madres que se adentraron en el mar con menores, exponiéndolos a un riesgo que puede tener fatales consecuencias.

Los arenales en los que más rescates se registraron fueron El Moncayo, Playa Centro y La Roqueta. En una de las intervenciones se rescató a una familia formada por cuatro personas de origen alemán. Uno de ellos, varón, tragó mucha agua y tuvo que ser atendido por un SAMU y trasladado después en ambulancia a un centro hospitalario.

Según indicaron desde Cruz Roja, el problema se produce por la fuerza de las corrientes que tienen lugar cerca de la orilla y que arrastran a los bañistas hacia el fondo. La situación se complicó ayer debido al temporal de Levante que se produjo en hace unos días, lo que potencia las corrientes, y debido también a que la playa estaba repleta al ser un día festivo.

Campaña informativa

Los efectivos de salvamento intensificaron desde primera hora de ayer las labores para pedir precaución a los bañistas. Lo hicieron a través de las redes sociales de Cruz Roja y a pie de playa hablando con los visitantes, pero muchos hicieron caso omiso.

«Los rescates fueron muy complicados ya que eran de múltiples víctimas, casi todos padres con niños e incluso familias enteras», explicó ayer el coordinador de playas del municipio costero, José Luis H. Oliva, de Cruz Roja. «Hay que destacar la mala concienciación de los padres sobre sus hijos porque estamos sacando niños del agua» mientras ondea la bandera roja, añadió. El mismo explicó que hay bañistas que se relajan y no toman las precauciones necesarias ya que al llegar a la playa «ven a gente bañándose y no miran la bandera». Por todo ello se pidió, una vez más, que se respeten las normas y las indicaciones de los socorristas para no jugarse la vida y que tampoco se la tengan que jugar los vigilantes.