Cada 14 de agosto se celebra en Callosa de Segura el «Día del callosino ausente». La fecha sirve para recordar a todos aquellos vecinos que entre finales de los años 50 y los 60 se vieron obligados a emigrar a otros países como Francia o Suiza. Lo hicieron porque uno de los principales nichos de trabajo, que era la plantación y manufactura del cáñamo, entró en declive con la irrupción de las fibras sintéticas. Para recordar esa parte de la historia se celebra la Demostración Nacional de los Trabajos Artesanales del Cáñamo, que rememora el proceso para convertir esta fibra vegetal en cuerdas para redes o suelas para zapatillas.

Son ya 31 años los que se viene realizando esta exhibición que saca a la calle el rudimentario dispositivo de herramientas que desde la Edad Media han hecho posible llevar a cabo la actividad. Lo ponen en marcha un grupo de jubilados que cada año vienen a dar testimonio de esa parte de la historia de la Vega Baja. Están coordinados a través de la Asociación Escuela de los Trabajos Artesanales del Cáñamo, que trabaja para que no se pierda esta labor artesanal y colabora en la investigación y aplicación de la fibra para elaborar diversos productos en la actualidad.

Agramado

El proceso comenzaba en la huerta, con la plantación de las fibras, y seguía después con el agramado, en el que se separa la planta en su parte fibrosa y leñosa. Después se realiza el espadado, que consiste en golpear la fibra para que desprenda los últimos restos de agramiza. A continuación llega el rastrillado, la fase en la que se peina. Por último, se procede a la fase de hilado que convierte el cáñamo en hilos. Después llegaba el trabajo vinculado principalmente a las mujeres, que se ocupaban de realizar el trenzado de la soga para la confección de suelas de botas y zapatillas y las redes.

La programación de las fiestas patronales continúa hoy con la 63 edición del Trofeo ciclista San Roque, a las 10 horas; la mascletá a las 14 horas y la Entrada Mora desde las 21 horas.