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Una investigación sustentada en unas escuchas fortuitas

La Guardia Civil investigó a fondo el caso de las torturas tras un indicio fortuito. La instrucción, como ha informado este diario, está apuntalada sobre todo en los pinchazos telefónicos realizados en el transcurso de otra investigación a un mando de la Policía Local por un supuesto asunto de tráfico de drogas y que no se probó. A raíz de esas intervenciones telefónicas la Guardia Civil conoció las agresiones a los detenidos y se ampliaron. La defensa de los agentes acusados cuestiona esos pinchazos por no estar autorizadas expresamente. De hecho, piden que sean declarados nulos en la vista oral. Según queda reflejado en la investigación y en el escrito del Ministerio Público, las torturas se produjeron tras un robo frustrado protagonizado por un ciudadano de origen centroamericano y su novia, en la vivienda de uno de los mandos de la Policía Local. Cuando fueron detenidos, según mantiene la Fiscalía, los implicados sufrieron graves vejaciones y agresiones físicas -el arrestado presentó dos costillas rotas, entre otras lesiones-. D.P.

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