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Embalse La Pedrera

El embalse más importante de la provincia cae al 30% de su capacidad

La Pedrera almacena 73 hectómetros y cumple 37 meses bajando las reservas pese a los aportes de la desalinizadora de Torrevieja

El embalse más importante de la provincia cae al 30% de su capacidad

La Pedrera, el embalse regulador más importante de agua dulce de la provincia de Alicante y el segundo de la cuenca del río Segura tras el Cenajo, está de capa caída. La constante pérdida de recursos hídricos que se ha instalado en la cuenca desde la llegada de la sequía está provocando que los aportes que llegan a él -en estos momentos, principalmente, los procedentes de la desalinizadora de Torrevieja tras el cierre del trasvase y que alcanzan los 40 hectómetros anuales- no sirven ni de lejos para que recupere. Estamos en verano y el consumo es máximo.

Según los datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), el embalse almacenaba esta semana algo más de 73 hectómetros cúbicos, lo que supone el 30% de su capacidad total, que es de 246 hectómetros cúbicos. Nunca en sus 37 años de historia ha llegado a estar lleno porque quizá se magnificó su construcción en una época en la que era más fácil quizá que ajustarse a la realidad de que es un embalse que sólo recibe aportes cuando se abre el grifo de otro pantano o, en este caso, de una desalinizadora.

A la vista está ahora que tamaña obra ha sido innecesaria y en los tiempos que corren, con el memorándum marcando máximos anuales de cesión de agua a la provincia y a Murcia que cada vez son más restrictivos, se entiende menos. Algo parecido le ocurrió a los propios tubos del trasvase, que se construyeron con una capacidad de transporte de agua que multiplica la real que ha llegado a la provincia en estos años. El objeto es que transportaran hasta 600 hectómetros cúbicos. Nunca ha pasado tanta agua por ellos en un año. Como mucho, 400.

Cuenca

La CHS sólo facilita datos estadísticos de los últimos años sobre los aforos almacenados en sus pantanos pero la situación actual no es la peor que ha vivido la Pedrera en estos años. La cota mínima se alcanzó a finales de octubre de 2012 cuando se situó en poco más de 60,7 hectómetros.

Y es cierto que esta provincia es agradecida y la cuenca en sí más cuando llueve porque un año más tarde había aumentando sus reservas por 150% hasta los 154 hectómetros cúbicos y el 2 de abril de 2014 alcanzó los 190 hectómetros cúbicos, prácticamente se colocó al 75% de su capacidad, desde entonces los recursos que almacena han indo menguando hasta la actual situación que nada parece que se vaya a frenar a corto plazo y menos, a cambiar.

Restricciones

La situación de sequía, que amenaza a partir del mes de septiembre con añadir la palabra «restricciones» o subida de precios al vocabulario del agua en la provincia, ha dejado toda la cuenca al 23% de su capacidad, con 262 hectómetros cúbicos. Prácticamente toda ella cabría en La Pedrera. El hecho de que el embalse esté siete puntos por encima de la media se explica porque las necesidades que cubre están, primordialmente, en la costa. Hace ahora un año, y lo recordaba hace unos días el presidente de la CHS, Miguel Ángel Ródenas, en la cuenca se almacenaban 100 hectómetros más que ahora. Se ha pasado de 362 a 262, exactamente y los embalses del 32 al 23 por cierto.

Quien ha visitado estos últimos meses La Pedrera, que se ha convertido en un lugar de paso de todo tipo de aves y mamíferos, habrá notado cómo los árboles alrededor han comenzado a secarse y cómo una línea blanca marca el antes y después.

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