Torrevieja. 21 horas. 27 de julio. Un grupo de señoras charlan sentadas en la calle Santa Trinidad con Patricio Pérez. Practican esa costumbre tan popular, tan torrevejense y tan en vías de extinción, como "tomar el fresco" en la puerta. Hablan de lo humano y lo divino. De esta y de aquel. De los últimos chismes de la vida municipal. Pero... un momento, porque las señoras, arquetipos de mujer mayor torrevejense de toda la vida, están practicando la también torrevejense costumbre del "mecedoring" ocupando una plaza de aparcamiento sobre la calzada.

La ilegalidad manifiesta no podía pasar desapercibida para los conductores que a esa hora buscan desesperados y sudorosos un sitio para aparcar el coche. Y la acción aparentemente incívica de estas ciudadanas, que llevan a sus espaldas no menos de 60 veranos sacando "sillicas" y "mesedoras" a la puerta de sus casas de planta baja, llega a la centralita de la policía local.

La polémica acecha a la vuelta de la esquina. El conductor que acaba de otear el aparcamiento de su vida. Las señoras que han "clavado" sus sillas al asfalto y de ahí no se mueven. Es algo que hacen todas las tardes de todos los veranos. Sentarse en esa puerta que a diario cuidan con esmero, barriendo y fregando para hacer agradable al disfrute de las personas un medio que es hostil. Alertados por el propio conductor dos agentes de la patrulla de la Policía Local llegan, preparados para lo peor, en el intento de evitar un conflicto de alto voltaje.

Los acontecimientos -por fortuna- se resolvieron entre la corrección del joven conductor que, sin perder los nervios en ningún momento, insistió en reclamar la plaza de aparcamiento callejera que le pertenecía, y la indignación de las señoras que, entre charreta y charreta al fresco, estaban de paso guardando la plaza "a su chica, que había ido a recoger al niño a la piscina". Al final, no había otra, tuvieron que retirar las sillas de la calzada y subirlas a la acera. Algo indignadas, pero obedientes a la autoridad que terminaría aliviada por no haber tenido que utilizar la "fuerza".

No es el primer percance al que tiene que acudir una patrulla de la Policía Local de Torrevieja en este barrio -entre el Calvario y el Acequión- este verano. En un aviso muy similar, la semana pasada, una vecina se quejaba de que un coche le había "pisado un pie" al aparcar, también mientras tenían las sillas en la puerta.

Planta baja

En esta zona de Torrevieja donde se conservan todavía las tradicionales viviendas de planta baja, muchos vecinos continúan practicando la costumbre de sacar no solo las sillas a la calle. También sacan las mesas a la hora de cenar, compartiendo con familia y conocidos de la calle un tiempo de convivencia único, oasis del pueblo que fue Torrevieja y que los torrevejenses no quieren perder. En algunas calles, con el espacio que hay en las aceras sobra para "tomar el fresco". En otros, se "toma la calzada".