La sequía en la cabecera del Tajo que ha obligado a suspender los trasvases desde Entrepeñas y Buendía para regadío y para abastecimiento acabará repercutiendo también en el bolsillo de los murcianos y de los alicantinos que beben agua del Taibilla. El presidente de la Mancomunidad, Adolfo Gallardo, no descarta que el cierre del Acueducto obligue a subir las tarifas que este organismo aplica a los 80 ayuntamientos a los que abastece, ante la necesidad de sustituir los caudales que han dejado de llegar del Tajo por agua desalada y derechos adquiridos a consistorios y comunidades de regantes que disponen de recursos sobrantes. De momento, el Taibilla ha alcanzado ya acuerdos con los ayuntamientos de Abarán y de Hellín (Albacete) y con el Heredamiento de Alguazas.

Además de los caudales procedentes de sus propias desaladoras de San Pedro del Pinatar y Alicante, el Taibilla tendrá que tirar también de los recursos que producen las plantas de Valdelentisco y Águilas, en las que tiene asignados unos 23 hectómetros cúbicos. También ha solicitado caudales de la desaladora de Torrevieja a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), en la que todavía no se sabe qué volumen de agua podrá conseguir la Mancomunidad. Las plantas de Torrevieja, Águilas y Valdelentisco están destinadas al regadío, pero el abastecimiento tiene preferencia sobre cualquier otro uso del agua. En principio estaba previsto que el Taibilla no tuviera que recurrir a los caudales de estas desaladoras hasta septiembre, pero la escasez ha obligado a modificar el calendario y las asignaciones que tenían las comunidades de regantes.

Adolfo Gallardo, que ayer presidió una reunión del comité ejecutivo de la Mancomunidad, informó a los representantes de los ayuntamientos que integran este órgano de dirección de la «complicada situación» a la que se enfrenta el abastecimiento, dado que el 60% de los recursos que suministra el Taibilla proceden del Tajo. Como no ha llegado ningún trasvase desde el mes de mayo y tampoco se prevé que pueda haber nuevos desembalses en lo que queda de año natural, el abastecimiento tendrá que tirar del agua desalada y de las aportaciones que pueda conseguir, cuyo precio siempre estará por encima de las tarifas del Acueducto.

El precio del agua desalada ronda los 65 céntimos por metro cúbico, aunque el coste de suministro se encarece a medida que se eleva la cota a la que es preciso situarla para distribuirla a los consistorios.

Los caudales que cederán los ayuntamientos de Abarán y de Hellín y los regantes del Heredamiento de Alguazas saldrán a unos 11 céntimos, según apuntó Gallardo. Esta cantidad se sitúa también por encima de la tarifa del Trasvase. Si las lluvias de otoño no lo remedian, antes de final de año será necesario subir las tarifas del Taibilla, que llevan varios años congeladas.

Según informó el presidente de la Mancomunidad al comité ejecutivo, el Ayuntamiento de Hellín aportará 2 hectómetros cúbicos de recursos propios que no necesita utilizar, mientras que Abarán cederá unos 400.000 metros cúbicos. A esta cantidades se sumarán unos 4,2 hectómetros cúbicos del Heredamiento de Alguazas.