La europarlamentaria Eva Ortiz forma parte de la Comisión de Control Presupuestario y de la Delegación para las Relaciones Institucionales con los Países del Magreb y la Unión del Magreb Árabe, cargo este último que motiva sucesivos viajes a países del norte de África como Libia, Marruecos, Túnez o Argelia. Ortiz apunta que lo que peor lleva de su actividad en la política europea es el «desgaste físico y psicológico pero no por el hecho de viajar constantemente y vivir fuera de casa», sino por «los juicios de valor que emiten algunas personas con connotaciones negativas por mi juventud o por el hecho de ser mujer». «En algunas ocasiones me han llegado a decir que en vez de tratar un tema conmigo lo quieren hacer con mi jefe. Yo les tengo que cortar en seco y decir que yo soy la jefa y que el asunto lo tienen que abordar conmigo». Aunque señala que por suerte no es la tónica general, sí apunta que en determinados momentos ha sentido esa discriminación «que no estoy dispuesta a tolerar en ningún caso».