Primero desafiaron el frío del invierno y ahora soportan el calor del verano. Son los custodios de la Cruz de los Caídos de Callosa de Segura, un grupo que lleva ya siete meses haciendo guardia junto al símbolo, en la Plaza de España. Les mueve la fe por defender un monumento que para ellos representa los valores cristianos. Dicen que no permitirán que se retire y por ello siguen con su resistencia pacífica.

Con un rosario en una mano y con el teléfono móvil en la otra, el grupo pasa las horas, y los días, compartiendo momentos de oración. Permanecen vigilantes por si tienen que dar la voz de alarma y pedir refuerzos vecinales. Temen que en cualquier momento vuelvan las grúas para intentar llevarse la Cruz, algo que quiere hacer el equipo de gobierno apoyándose en la Ley de Memoria Histórica.

El grupo va rotando y aguanta bajo el sofocante calor, con temperaturas que fácilmente rozan los 35 grados. Se resguardan del sol bajo la sombra que proyecta la arciprestal de San Martín. Están alerta porque saben que estos meses muchos de los vecinos están en Torrevieja o Guardamar de vacaciones y no quieren que en un descuido la desmonten.

Tras casi un año y medio el debate sigue candente. Un vecino ligado a la Plataforma en Defensa de la Cruz espetó en el último pleno al alcalde, Fran Maciá, que si quiere retirar el monumento sea valiente y diga cuándo lo hará. Le recriminó igualmente que no respete el reglamento de participación ciudadana y le pidió que conteste a las preguntas que se le formulan, que siguen sin respuestas. El regidor, por su parte, le dijo que si quieren acceso a documentación que la pidan en el juzgado, ya que lo han denunciado. Él dice que cumple la Ley. Ellos le acusan de un presunto delito de prevaricación.

Las reuniones de mediación para abordar toda esta cuestión están en punto muerto y se retomarán en septiembre. No obstante desde la Plataforma consideran que se está abordando el tema desde el punto de vista de un conflicto social que no existe. Quieren que el debate se centre en la posible retirada del símbolo. Mientras tanto, tres recursos contenciosos se dirimen en los tribunales para intentar que la Cruz permanezca. La Generalitat, por su parte, apoya la retirada. El final está todavía por escribir.