El Grupo Especial de Seguridad Ciudadana de la Policía Local de Orihuela (GESC) celebra estos días su cuarto aniversario. Nació como tal el 23 de junio de 2013, aunque en realidad este cuerpo es el sucesor de la Unidad de Barrios que se creó a principios de los años 80. Lo sabe bien el inspector Bernabé, que inició su carrera allí y que ahora está al frente del GESC. Es lo primero que nos explica cuando entramos en el despacho de esta unidad en la Jefatura de la Policía Local en Correntías. «En realidad el germen es el mismo que la antigua Unidad de Barrios. El GESC se montó, precisamente, sobre su estructura porque el objetivo es acabar con la inseguridad en los barrios del casco urbano». Se formó bajo la tutela del Intendente José María Pomares.

Esta unidad, con su inconfundible escudo del águila, se ha hecho muy popular entre los vecinos de los barrios del Rabaloche, San Isidro, Miguel Hernández y San Antón, algunos de los cuales hace cuatro años tenían una considerable degradación. Era habitual el consumo de sustancias estupefacientes y de bebidas alcohólicas en sus parques y los actos vandálicos eran una constante. «Había muchas quejas de inseguridad, sobre todo por la venta de droga y lo que hemos conseguido en este tiempo es, al menos, que ya no se vea el menudeo en plena calle que intranquilizaba a los vecinos, por nuestra incesante presencia» explica Bernabé. «Por desgracia hay muchos puntos de venta de droga en la ciudad», se lamenta.

El oficial del GESC, Gilabert, asiente con la cabeza. Y añade que «no sólo actuamos en detenciones, que no se nos vea como un elemento represivo porque no lo somos, al revés, ayudamos a los vecinos de los barrios a que vivan más tranquilos». Su presencia forma ya parte del paisaje habitual de los barrios oriolanos y sus agentes están integrados en sus vecindarios. Los vecinos los ven como uno más. Aunque su radio de actuación se ha ampliado últimamente también al centro de Orihuela. Son conocidos algunos casos en los que han actuado como el desmantelamiento de un club de fumadores de cannabis que suministraba marihuana, incluso, a menores de edad. O la identificación de 150 personas en una operación contra grupos de delincuencia itinerante que vendían en mercadillos objetos robados en viviendas. También se encargan del absentismo escolar.

El oficial Gilabert da con una de las claves del éxito del Grupo Especial de Seguridad Ciudadana: su involucración hasta más allá de la propia labor policial. «Colaboramos con Servicios Sociales como intermediarios para conseguir ayudas para personas con escasos recursos. También hemos gestionado el ingreso en residencias de algunas personas y recuerdo casos como 'el buscavidas' o 'el catalán' que muchos oriolanos conocerán, y nosotros mediamos para que ingresaran en centros donde atender sus problemas psicológicos».

«Cuerpo mediador»

Incluso, los componentes de esta unidad de élite de la Policía Local, han tratado de mediar para conseguir alquileres sociales en casas que pertenecen a bancos. Y algo que no sabe mucha gente, envían informes continuamente al Ayuntamiento con los desperfectos y deficiencias que ven en instalaciones, en viviendas o en solares de los barrios para su arreglo. «Somos un cuerpo mediador», sentencia el oficial Gilabert. Y así lo acreditan los datos. En estos cuatro años sólo han tenido que detener a seis personas por desobediencia o atentado contra agente de la autoridad.

La paciencia es una de las virtudes de los 13 agentes, el oficial y el inspector que forman el GESC de la Policía Local de Orihuela y que patrullan los barrios de la ciudad entre las 6 de la mañana y las 10 de la noche. En estos cuatro años han participado en casi 20.000 intervenciones y han identificado a 10.000 personas.

Actúan en servicios de seguridad ciudadana y se encuentran con todo tipo de actitudes. Y para ello la formación es fundamental y en esta unidad lo saben bien. «Aprendemos a manejar la situación sin crear conflictos con los vecinos». Se han instruido en técnicas de operativa policial, de tráfico, de mediación o de resolución de conflictos.

También intervienen en casos de violencia de género. Se han multiplicado los incumplimientos de las órdenes de alejamiento, cuentan. Llevan 106 detenciones -las más numerosas- por delitos relacionados con los malos tratos. «Nos hemos involucrado mucho en esta lacra».

Juventud

Son agentes jóvenes (la media de edad es de 30 años) muy preparados y, sobre todo, implicados en su trabajo. Un grupo muy unido que varias veces al año se al año se reúne para comer, como al finalizar el «Desfile del Pájaro», de cuya seguridad se ocupa esta unidad. Y ese «buen rollo» se transmite a los vecinos en la calle. Tampoco dudan en participar en exhibiciones allá donde se les requiere. Eso sí, nunca dejan atrás su labor principal, porque seguirán siendo los guardianes de los barrios de Orihuela.