El municipio de Rojales afrontará por fin un problema histórico con el deficiente tratamiento de sus aguas residuales, lo que le ha generado multitud de sanciones. Lo hará mediante un proyecto para reestructurar y potenciar sus depuradoras, que están obsoletas y carecen de la capacidad necesaria. La actuación comprende además habilitar una gran zona recreativa en el parque del Recorral con cinco lagos por los que discurrirá parte del agua saneada. La ejecución de la obra precisa de una inversión de 4.152.000 euros y será sufragada por la firma Hidraqua, que a cambio alargará la concesión del servicio durante 10 años más.

Son cinco depuradoras de aguas residuales las que tiene en funcionamiento Rojales, pero sólo una cuenta con autorización de vertidos al dominio público hidráulico, que es la del casco urbano. El problema llega en las demás cuando hay lluvias y la red se colapsa al no tener capacidad de tratamiento. El agua rebosa y puede llegar a afectar al Parque Natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja. Por ese motivo la Confederación Hidrográfica del Segura ha impuesto decenas de multas al Ayuntamiento en los últimos años.

El alcalde, Antonio Pérez, explicó ayer que con el nuevo proyecto se mantendrán tres depuradoras: la del casco urbano, que es la más nueva y dará servicio a la cuenca norte; y las ubicadas en Quesada 1 y en Lo Pepín, que servirá a la cuenca sur. También se seguirán utilizando las balsas de la hasta ahora estación depuradora de Doña Pepa, que servirá sólo como depósito para evitar evacuaciones de agua al entorno sin autorización.

Será la instalación de Lo Pepín la que concentrará gran parte de la inversión. La intención se convertirla en una macrodepuradora dotada de la última tecnología. La instalación contará con tratamiento terciario y biológico y se completará con dos grandes balsas. Una de ellas servirá para recoger agua no depurada en caso de fuertes lluvias. De esa forma, cuando la estación vea desbordada su capacidad, podrá almacenar el agua sin tener que evacuarla sin tratar. La segunda servirá para recoger agua ya depurada y poder utilizarla cuando se necesite. «Será agua perfectamente utilizable en cualquier tipo de cultivo», aseguró el regidor.

Todo el agua sobrante de esa nueva macrodepuradora, es decir, el agua que no se destine a riego, se canalizará hasta llegar al paraje del Recorral, donde se habilitarán los cinco lagos artificiales naturalizados. Se hará en la zona más árida y contará con aireadores para mantener la calidad del agua, que servirá además para regar en el paraje. En la zona se llevará a cabo un proceso de reforestación con plantas y árboles autóctonos. Así, el agua discurrirá primero por esas lagunas y al final acabará en el río.

Zona más árida

«Se trata de resolver un problema que se localiza en las urbanizaciones, donde las depuradoras se colocaron en zonas inadecuadas porque no existen puntos de vertido al dominio público hidráulico que estén autorizados por la Confederación. Por lo tanto, y para no perjudicar la Laguna, el único punto de vertido posible es el río Segura», prosiguió Pérez. El mismo dijo que todo el proyecto estaría implementado en un año.

Con todo ello, los objetivos pasan por la eliminación de vertidos al Parque Natural; canalizar el efluente tratado de la cuenca sur hasta un punto de vertido autorizado por la CHS; obtener agua regenerada de calidad; reutilizar el agua regenerada en Lo Pepín para uso ambiental y recreativo; y reducir el canon de vertido con la reutilización del máximo volumen de agua, según se recoge en el proyecto.