Festero desde el año 1976, asegura llevar el cargo con gran responsabilidad y con orgullo. Fue uno de los fundadores, en el año 2001, de la comparsa de los Caballeros Templarios, que ostentan la embajada este año.

Se llama José Manuel Fernández (Orihuela, 1957), pero en su ciudad todos le conocen como «Pepe El Calzones». Lleva la fiesta muy dentro. Dice ser «zorro viejo» en el mundo festero, aunque asegura que no se esperaba ser nombrado embajador.

En 1976 empezó en los Caballeros del Rey Fernando y un año después pasó a los Marinos Corsos, que en 1980 pasaron a llamarse Seguidores de Aruns y Ruidoms. En 2001 fundó su actual comparsa, los Caballeros Templarios, de la que es presidente. Está casado y tiene tres hijos «que se han implicado mucho en la embajada».

¿Cómo recibió su nombramiento como embajador Cristiano?

Cuando me nombraron, con muchísima alegría de que se acordaran de mí para este cargo tan importante. Es una satisfacción y un orgullo representar a los Caballeros Templarios en esta embajada.

En todos sus años como festero, ¿había imaginado alguna vez ostentar un cargo como éste?

Nunca había imaginado esto. Siempre creí que no estaba preparado para ser embajador pero así salió y así lo aceptamos.

¿Cómo afronta las fiestas que empiezan este 9 de julio?

De momento bien y doy gracias por empezar las fiestas porque tuve un percance pero ya estoy preparado para el ataque. Me detectaron que tenía un trombo y el día de mi recepción me dieron el alta a las 12 de la mañana. Llegué a pensar que tenía que suspenderla y que se me habían acabado antes de empezar. Las fiestas casi me las arruina. Pero bueno, aquí estoy a tope. Me han mandado reposo y estoy cumpliéndolo a medias, asistiendo a los actos que puedo. Eso sí, sólo beberé agua estos días (risas).

¿Qué espera de los festejos de este año?

Son días muy intensos y estoy preparado para todo lo que venga. Van a ser unas fiestas muy buenas para mí. Estoy deseando que llegue hoy la Ofrenda Floral y empezar ya a circular y a dar saltos, como digo yo, y a disfrutar de la fiesta. Tengo muchísimas ganas de empezar todo esto. Llevamos un año preparando lo que es esta semana y no se puede desperdiciar ni cinco minutos, porque lo que desperdicies no lo disfrutas.

¿Qué boato ha preparado y con qué va a sorprender al público?

Va a ser un boato templario, un boato cristiano con ganas de quitarle al moro el poder (risas). No puedo desvelar mucho más. Va a haber sorpresas. Sólo digo que abrirán el boato las banderas y la banda de música. Habrá de todo un poco.

¿Qué cambiaría de las Fiestas de Moros y Cristianos

No cambiaría ahora mismo nada. Han alcanzado un gran nivel con la declaración de Interés Turístico Nacional y al Pájaro le han declarado BIC. No se puede pedir más ahora. Sólo trabajar duro para que dentro de cinco años podamos conseguir el reconocimiento de Interés Turístico Internacional. Hay que esperar a ver cómo lo hace la nueva junta directiva. Y colaboraré y apoyaré en todo en pro de la fiesta.

La declaración de Interés Turístico Nacional es un impulso a estas fiestas...

Esperamos que vengan muchos visitantes. Se está haciendo una gran campaña de publicidad, sobre todo en la Costa. Lo que hay que hacer es expandirla y que vengan visitantes de otros pueblos de la comarca. Y es un orgullo para mí que los reconocimientos, tanto de la fiesta como del Oriol, hayan llegado en el año que soy embajador.

¿Es partidario de que el año que viene se saque la réplica de la Enseña del Oriol y no el original por su deterioro?

Eso depende del Ayuntamiento que sabrá cómo está el Pájaro y el deterioro que tiene la bandera. Pero por sacarlo una vez al año tampoco creo que se vaya a echar a perder.