El presidente de las Cortes Valencianas, Enric Morera, realizó una visita a Torrevieja ayer y pese a su perfil meramente institucional aseguró que desde su cargo puede trabajar por lograr la unión de todos los partidos a la hora de reclamar la construcción de la duplicación de la carretera Nacional-332. Tras advertir varias veces que «no es gobierno» Morera puso el ejemplo del acuerdo de todos los partidos para cuestionar la infradotación presupuestaria que sufre la Generalitat Valenciana en los presupuestos generales del Estado a la hora de hacer ver que es posible un acuerdo. El primer edil, José Manual Dolón (Los Verdes) se cogió a la buena voluntad de Morera como un clavo ardiendo. El alcalde ha anunciado que quiere movilizar a las entidades y colectivos locales, desde las asociaciones a los empresarios de Torrevieja, la comarca y la provincia para reclamar la construcción de la obra. Dolón tenía previsto ayer por la tarde mantener una reunión de al junta de portavoces para pedirles su adhesión a esas movilizaciones -el PP ya anunciaba que se descolgaba si se planteaban contra el Ministerio de Fomento-.

Dolón no quiso entrar en la polémica sobre la responsabilidad de la Generalitat en el retraso del proyecto. Lo cierto es que el Ministerio de Fomento recibió un proyecto en el que halló muchas deficiencias que ha reclamado a la Generalitat que subsane. Y la Conselleria, aunque no lo ha dicho oficialmente, considera casi insalvables algunas de esas carencias, en especial las que inciden en la falta de terrenos necesarios para llevar a cabo algunos ramales. Oficialmente lo que esgrime la administración autonómica es que no está obligada por acuerdo alguno a asumir la redacción del proyecto.

Enric Morera visitó el Ayuntamiento tras mantener un encuentro con los portavoces de los cuatro partidos que forman el gobierno de coalición local. Después estampó su firma en el libro de honores del municipio y recibió un barco de sal por parte del alcalde. El actual gobierno ha instaurado esta forma protocolaria de recibir a los cargos institucionales, en un cambio de estilo con respecto al gobierno anterior. Recepciones a las que no acuden o no son invitadas, las formaciones en la oposición.