Las aguas tratan de volver a su cauce (un tanto revuelto siempre) en el Partido Popular de Orihuela tras las elecciones del pasado lunes en las que salió vencedor Dámaso Aparicio, una persona muy cercana a la actual dirección regional del partido. El PP no es el Segura con sus tranquilas aguas pero la intención de la que será nueva ejecutiva es apaciguar los ánimos y cerrar la brecha que existe entre ellos y algunos miembros del equipo de gobierno, como el alcalde, Emilio Bascuñana.

La secretaria general del PPCV, la oriolana Eva Ortiz, lidera desde ayer la «pacificación» en Orihuela. En declaraciones a Radio Orihuela Cadena SER, dijo que el alcalde oriolano «tiene todo el apoyo de las direcciones provincial y regional del PP». Sobre la ruptura creada en el seno del partido y del gobierno municipal tras ausentarse cinco ediles populares del pleno en el que se votaba la modificación urbanística del PAU 7 (que eliminaba 650 VPO) y que llevaba a la sesión el regidor del PP, Ortiz aseguró que «la dirección regional del PP y la secretaría del grupo municipal tienen los justificantes médicos y de viaje» que alegaron esos concejales, entre ellos Aparicio, para no asistir a la sesión plenaria.

Lo que pretende la dirigente popular es acercar posturas entre las dos facciones claramente abiertas en el PP local y que «los ciudadanos nos vean como la solución a los problemas y no como el problema en sí y que sólo se busca el sillón», indicó Ortiz.

Desde el gobierno municipal fue el portavoz, Rafa Almagro quien, a preguntas de los periodistas, dijo que «Bascuñana no sale debilitado de este proceso». El recién elegido presidente se reunirá en los próximos días con los otros dos candidatos, Víctor Valverde y Andrés Ballester, para conformar una «lista de consenso» tal y como anunció en la noche electoral. A Ballester parece que no le han quedado ganas de seguir en política tras su derrota y Valverde aún no había asumido el haber perdido por tan sólo 41 votos. De todos modos, Aparicio no tiene previsto nombrar a su comité ejecutivo hasta pasadas las fiestas de Moros y Cristianos, este mes.

Censo

Una de las prioridades del nuevo presidente deberá ser la actualización del censo de militantes tras los problemas vividos en los últimos días y que se evidenciaron el lunes durante la jornada electoral en la tuvieron problemas para ejercer su derecho al voto más de 300 militantes. Son aquellos que formalizaron el pago de la cuota, que aún no lo habían hecho, la pasada semana.

Finalmente fueron 1.037 los militantes que acudieron a votar de los más de 7.000 de los que presume el partido. Y es que sólo el 10 % de la militancia paga la cuota anual por estar afiliado. Algunos de los comentarios que escucharon los que tuvieron que ponerse en una mesa el pasado lunes, para canalizar las incidencias es que «no les habían notificado que había que pagar» (sic). Uno de los candidatos, Víctor Valverde se quejó, precisamente, el fin de semana de que el proceso estaba siendo «turbio» y la misma tarde electoral señaló que no le habían querido facilitar el censo. Eva Ortiz se refirió ayer a estas quejas para decir que «fueron unas elecciones ejemplares» y desveló que el pasado viernes Valverde presentó una reclamación al comité electoral que le fue contestada. «No es fácil un proceso electoral con tres candidatos y se demostró un gran civismo».

Ahora la dirección del PPCV tiene por delante, de la mano de Aparicio, el reto de unir al partido en Orihuela, algo complicado, para no tener una pérdida de votos en las próximas elecciones como ocurrió en 2015.