Después de renunciar a presentarse a la presidencia del Partido Popular (PP) en Orihuela, el alcalde Emilio Bascuñana está intentado sentar en la misma mesa a los tres aspirantes (Dámaso Aparicio, Andrés Ballester y Víctor Valverde) aunque sin éxito. El regidor los citó ayer y sólo dos aceptaron: Ballester y Valverde, mientras que Aparicio no apareció. El objetivo que pretende es doble. Por un lado, evitar guerras internas en el partido y, por el otro, que estas terminen afectando a un grupo municipal que se está deteriorando pues dos de los tres aspirantes son concejales, lo que ha terminado por crear bandos.

Bascuñana se apartó en la carrera por la presidencia, después de un año asegurando que aspiraba a ello, para centrarse en labores de Alcaldía y pensando que en estos momentos dar el paso adelante era más un problema que una solución a ojos del PPCV. Viendo cómo se están poniendo las cosas de puertas adentro del grupo municipal y del partido (que está sin sede y se enfrenta a una demanda por impago de más de 12.000 euros de cuotas impagadas de alquiler correspondientes a los dos últimos años), esta semana ha intentado reconducir la situación entre los tres candidatos y buscar una solución de consenso. En la misma línea ha hablado Andrés Ballester

El intento de evitar llegar a las urnas de Bascuñana ha sido el primero y probablemente no será el último que intente, aunque será difícil sentar en la misma mesa a Dámaso Aparicio junto a los otros dos candidatos si es él el que llevaba la voz cantante a tenor de que la grieta con su concejal se abre cada vez más y eso no beneficia a nadie, menos al partido.

La semana pasada ya hubo un acercamiento entre dos de los candidatos, entre Víctor Valverde y Dámaso Aparicio. Este último ofreció un pacto de dos años de presidencia y otros dos de secretario alternos, pero no se pusieron de acuerdo en quién empezaría mandando. Dicho pacto estaba avalado por la dirección regional del propio PP que tiene más interés por unir que por votar. Aparicio aparece como principal candidato en unas elecciones en las cuales los aspirantes no tienen oficialmente los listados sobre quién tiene a día de hoy derecho al voto porque aún se puede ingresar los 25 euros de cuota para ejercer el derecho.