La oposición de Rojales se ha echado a la calle para movilizar a los vecinos en contra de la posible instalación de una planta de transferencia de basuras. Aunque la estación está proyectada en término de Guardamar, advierten que está mas cerca del núcleo urbano rojalero. En concreto, a 990 metros de la urbanización Pueblo Lucero y Ciudad Quesada II. El PP y el Pader quieren que los munícipes sean conscientes de esta situación y han editado 3.000 dípticos explicando dónde se instalaría esa planta y sus consecuencias por el trasiego de camiones y el mal olor. Todo ello para presionar al equipo de gobierno que dirige Antonio Pérez (PSOE), al que piden que se posicione en contra de ese proyecto.

El rechazo a la posibilidad de que se instale una planta de esas características ha ido corriendo de un punto a otro de la Vega Baja en los últimos años. En unos casos ha estado alentado por la oposición política, en otros por empresarios o movimientos ciudadanos. Primero fueron Granja, Cox y Albatera, después Jacarilla, Almoradí, Torrevieja, Guardamar... y ahora Rojales. Los folletos comenzaron a ser repartidos ayer durante la celebración del mercadillo semanal, en el recinto ferial, y serán también depositados en los buzones de las viviendas. Están traducidos al inglés y exponen que en el pleno celebrado el 19 de mayo, el gobierno socialista desestimó una propuesta de la oposición que pedía que el Ayuntamiento expresara al Consorcio de Residuos su malestar con la elección de esa ubicación, en la finca del Pallaret. PP y Pader sostienen que su puesta en marcha supondría el deterioro del entorno natural Parque del Recorral, por un «elevado impacto acústico debido a la descarga diaria de más de 70 camiones de pequeño y gran tonelaje». Dicen que también «traería olores por el tránsito de camiones por el centro de Rojales con basura de otras poblaciones».

«Falta de información»

«Se trata de una planta de transferencia que según los concejales socialistas de Rojales es aséptica, no genera ningún tipo de residuos ni produce malos olores, pero que no es querida en otros municipios donde también gobiernan los socialistas», recogen los dípticos. En ese sentido critican «la falta de información y transparencia del gobierno socialista respecto a la ubicación de la planta y sus posibles consecuencias para Rojales». Desde la oposición creen que será inevitable que el olor a basura llegue a los núcleos urbanos al tratarse de una zona en la que se registra una media de 170 días con viento de Levante de hasta 20 kilómetros por hora y con eleva

das temperaturas, especialmente en verano. El portavoz del Pader, Desiderio Aráez, preguntó en el último pleno al alcalde, que es además vicepresidente del Consorcio de Residuos comarcal, qué tipo de criterios se están siguiendo para elegir la ubicación de las plantas de basuras que precisa la Vega Baja. El mismo dijo que no le parece lógico que Torrevieja u Orihuela, que producen cerca de 100.000 toneladas de basuras al año, desplacen sus desperdicios hasta la planta de Guardamar. A su juicio, lo más idóneo sería colocar las estaciones de transferencia cerca de las grandes ciudades, que son las que más basura generan. Por su parte, el portavoz popular en Rojales, Alberto Ros, consideró que hay vecinos que sí que conocen en qué consiste una planta de transferencia y dónde se quiere poner, pero otros muchos no. «Ya que el alcalde no lo explica y lo ve todo de color de rosa, lo haremos nosotros. Los vecinos tienen que estar informados y no queremos que si se acaba poniendo contra nuestra voluntad, se diga que no se sabía nada sobre todo esto», añadió Ros.