El Pleno del Consell, que se reunirá hoy a las 9 de la mañana, tiene previsto aprobar dos decretos que marcarán un antes y un después en la protección del rico patrimonio de Orihuela. Se trata de sendas declaraciones de Bien de Interés Cultural, con categoría de bien mueble de carácter individual, para la Gloriosa Enseña del Oriol y para la Cruz de los Labradores, más conocida como La Diablesa. Ambos son los símbolos más representativos de la ciudad y su declaración como BIC servirá de revulsivo para potenciar el turismo en el casco histórico de Orihuela que, a pesar de ser uno de las más ricos en patrimonio de la Comunidad Valenciana, aún es desconocido para muchos fuera de la provincia de Alicante.

Camino largo

El camino ha sido largo ya que la reivindicación de estos símbolos como BIC se remonta años atrás, y de hecho se llegó a plantear a anteriores gobiernos de la Generalitat, aunque el proyecto quedó en un cajón que ha recuperado el bipartito que gobierna la Comunidad Valenciana a través de la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte.

El Consell ha valorado diferentes aspectos para llegar a la declaración de BIC. En cuanto a la enseña del Oriol señala que «residen los valores o intereses patrimoniales con grado de singularidad y de relevancia que justifican su declaración como bien mueble de interés cultural» y justifica su declaración tanto en sus valores históricos y artísticos, como etnológicos, al tratarse del principal símbolo representativo de la identidad cívica oriolana.

A partir de ahora, ya como BIC, deberá ceñirse al régimen de protección que dispone la Ley del Patrimonio Cultural Valenciano para este tipo de bienes. Además,tendrá que exponerse al público una serie de días al año y saldrá de su «encierro» en una sala del Ayuntamiento que lleva su nombre.

En el caso de La Diablesa su protección marcará un gran paso en el conflicto judicial que mantienen el Cabildo de la Catedral y el Ayuntamiento de Orihuela sobre su propiedad, con un pleito de por medio por parte de la Iglesia para dirimir sobre la propiedad de la talla de Bussy.

Quede en manos de quien quede, su protección pasará siempre por la Generalitat. El Consell ha considerado «la calidad artística de las tallas, la original iconografía que la caracteriza -alejada de los cánones escultóricos religiosos de la época barroca- el simbolismo de sus personajes y la manera en que desfila en la procesión al no poder entrar en la catedral, como elementos diferenciadores para ser declarado el paso como BIC.

Estas protecciones podrían abrir la puerta a otras. Es lo que pretende el secretario de Compromís por Orihuela, Martin Borislavov, que ha pedido a su partido que el siguiente sea el Monasterio de San Juan de la Penitencia de las Hermanas Clarisas «para proteger su patrimonio interior».