El pacto de gobierno entre Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs) en Orihuela y las exigencias a la hora de hacer frente al pago de sentencias pendientes ha colocado al área de Urbanismo que dirige Begoña Cuartero en una difícil situación porque el edil de Hacienda, Rafael Almagro, ha detraído prácticamente el 90% de su presupuesto anual, cerca de medio millón de euros, para abonar expropiaciones pendientes de otros años. Estas liquidaciones saldrán de los fondos de una concejalía fundamental en una ciudad que se considera, por encima de cualquier otra cosa, patrimonial, pero también en ruinas en muchos puntos de su casco histórico.

La decisión municipal ya la conocen los promotores de la ciudad que en una reunión en el Ayuntamiento con la propia Cuartero, hace algunas semanas, conocieron a través de esta lo difícil que le iba a resultar gestionar proyectos y contratos con los 40.000 euros que le habían dejado para todo el año. Es decir, les dijo, que todo aquello que tenga que repercutir en ellos va a ser prácticamente de imposible ejecución. Hay que tener en cuenta, y esto lo han reconocido desde hace una década todos los concejales que han pasado por el área de Urbanismo, que este es uno de los departamentos más infradotados en lo que se refiere a personal técnico cualificado y eso ocurre en uno de los municipios más grandes del país junto a Lorca. Esta situación obliga habitualmente a que se tenga que recurrir a la contratación externa para la realización de proyectos ante la imposibilidad de que los urbanistas de la casa los elaboren por falta de tiempo entre informe e informe. Y también es muy habitual que se tenga que echar mano de pequeños contratos para hacer frente a derribos cuando el propietario hace caso omiso al peligro que supone un edificio en ruinas o carecía de liquidez para ello.

Socios

Pero la situación que se ha generado en Urbanismo también es consecuencia del pacto con Cs porque el dinero podría haber salido también de Infraestructuras, área que controla el portavoz naranja, Juan Ignacio López-Bas, pero Hacienda ni siquiera se lo ha planteado habida cuenta de que no quiere problemas con sus «socios» de gobierno. El diario confirmó que Almagro tuvo que recurrir a un decreto para lograr que el dinero saliera de las arcas de Urbanismo porque Cuartero no estaba dispuesta a quedarse sin él teniendo que seguir gestionando una de áreas más complicadas y castigadas del Ayuntamiento. Algunas fuentes municipales vieron en esta decisión de detraer el dinero de Urbanismo la mano del alcalde, Emilio Bascuñana, quien hace algunas semanas ya quitó a la concejala el departamento de Planificación, aquel que más brillo podía tener en su gestión, y se lo adjudicó él.