Son apenas unos adolescentes pero que ya piensan en su futuro laboral, y que tienen claro hacer más fácil la vida a la gente. Los alumnos del Instituto de Educación Secundaria de El Palmeral de Orihuela no sólo cogen apuntes y estudian los libros de las materias del módulo en el que han elegido especializarse. Aquí se valora mucho la práctica, y no cualquiera, ya que como trabajo de fin de curso tenían que hacer un invento. Y todos ellos han cumplido con las expectativas.

Este centro fue, precisamente, el que diseñó y llevó a cabo una prótesis de brazo articulado en 3D para una niña de 9 años de Redován que nació con una malformación de su brazo izquierdo. Un gran logro que, paradójicamente, sólo costó 10 euros en cuanto al coste de los materiales, pero que hizo feliz a una pequeña que nunca había cogido ningún objeto con esa extremidad.

Y es que el dinero no siempre consigue que un diseño o invento sea mejor. Y es lo que también han puesto en práctica los alumnos de ese instituto para fabricar sus propios modelos. Entre los profesores que los han dirigido, Fulgencio Bermejo, artífice, precisamente, del brazo articulado. «Son unos grandes inventores y han demostrado lo que se puede hacer con poco dinero pero sí con imaginación y utilizando la lógica que les queremos transmitir los docentes».

Inventos

Dicho y hecho. Uno de los alumnos, Luis Javier Aparicio, presentó un dispositivo de monitorización de las constantes vitales que se puede controlar gracias a una aplicación de telefonía móvil. Con materiales facilitados por el profesor el joven logró elaborar una aplicación para Android que permite monitorizar determinadas constantes y enviar los datos obtenidos, de manera inalámbrica por sensores en comunicación con un dispositivo móvil.

Se trata de una aplicación que bien podrían utilizar los centros médicos y muchas personas, sobre todo mayores o con algún problema de salud, para poder ver, con un simple vistazo en su casa, si se alteran las constantes vitales.

Este invento es uno de los que participa en el Premio Don Bosco de este año.

Pero no fue el único. Daniel Rodríguez fue capaz de construir una maqueta en 3D del IES El Palmeral. Partiendo de un diseño, el joven tuvo que fabricar cada una de las piezas e imprimirlas en una impresora de 3 dimensiones, para después montar todas ellas y que la estética fuese la más parecida al centro, incluso la maqueta cuenta con iluminación y algunos detalles automatizados.

«Los alumnos han demostrado lo que han aprendido en estos meses y lo han puesto en práctica, superando, incluso, nuestras expectativas», indicó Fulgencio Bermejo.

Otros trabajos, que merecen un buen premio, fueron la creación de una red wifi municipal, la instalación de seguridad en una vivienda, la realización de una serie de vídeos cortos sobre módulos y talleres para el Museo de Ciencias de Orihuela (Mudic), una red de videovigilancia completa o la puesta en marcha de un radioenlace para la interconexión de edificios.