El Ayuntamiento de Torrevieja adeuda más de cinco millones de euros a la empresa de recogida de residuos Acciona; las quejas por falta de limpieza de calles y recogida de basura arrecian, también en el centro, y no hay perspectiva a corto plazo de que la ciudad pueda sacar adelante un contrato en condiciones, para renovar la prestación, tecnología y recursos de recogida, como los contenedores. Con este panorama la ciudad enfila su segundo verano con un servicio que se realiza a diario sin que medie un contrato entre el municipio y la empresa.
El concejal de Hacienda, José Hurtado (Los Verdes), desveló esta semana que el incremento en más de cinco millones de euros del documento final del presupuesto de 2017 -de 93 a 97 millones- que el equipo de gobierno quiere tener aprobado en julio se debía a la incorporación de la deuda que mantiene con Acciona. Algo que desvelaba el edil al informar sobre el proyecto definitivo de presupuestos. La deuda se arrastra no porque el Ayuntamiento no cuenta con liquidez para afrontar el gasto -de hecho tiene más de 23 millones de euros de superávit a la espera de decidir si puede invertirlo en proyectos-.
La deuda se ha generado porque el municipio funciona con presupuestos prorrogados de 2015 y la partida presupuestaria destinada al pago de la retirada de basura y limpieza viaria se agotó con el contrato, en junio de 2016.
Según Hurtado el municipio sí ha podido abonar el coste del servicio de este año a través de transferencias de crédito del presupuesto prorrogado. La oposición del PP asegura que el gobierno de coalición no está contando la verdad ni sobre los pagos ni sobre el coste del servicio. Los populares aseguran que sí se está abonando la prestación y que además está siendo más cara que cuando había contrato. El gasto anual en este servicio es de unos 15 millones de euros. Es decir, más de un millón largo al mes, algo que, no se refleja a diario en las calles de Torrevieja, ni tan siquiera en el centro. Ni antes, con contrato ni ahora con el acuerdo en precario que mantienen empresa y Ayuntamiento.
Acciona realiza el servicio de recogida desde 2004. En junio pasado agotó los diez años de contrato y las dos prórrogas de un año cada una. La Interventora municipal informó con un reparo de nulidad a la continuidad del servicio a través de una nueva prórroga tácita.
El acuerdo por el que se mantiene el servicio en estos momentos está amparado en un documento que se fraguó entre la empresa y el Consistorio horas antes de que expirara la última prórroga. En ese documento es la empresa la que de forma «voluntaria» asume la recogida de basuras y establece un precio de los servicios variables, en función de lo realizado cada mes.
Tirar la toalla
En diciembre pasado el primer edil tuvo que tirar la toalla y renunciar a uno de sus principales proyectos durante este mandato, la municipalización de la recogida de basuras, después de que el Partido Popular y Ciudadanos, que meses antes con su abstención había validado la municipalización, rechazaran los presupuestos donde se contemplaba ese proceso de gestión directa, para apostar por la continuidad de un servicio privatizado, por adjudicación indirecta.
Han pasado cinco meses y no hay ni rastro en el perfil del contratante ni en las resoluciones de la junta de gobierno de la tramitación del nuevo contrato. El equipo de gobierno alega que está bloqueado por Intervención al no tener consignación presupuestaria. Mientras que el alcalde tiene que asumir que el servicio lo presta una empresa que se adjudicó el servicio de forma fraudulenta, según la sentencia del TSJ por la que fue condenado a tres años de cárcel el exalcalde Pedro Hernández.
Si el equipo de gobierno logra sacar adelante los presupuestos en julio y no tiene lista la nueva adjudicación -algo muy probable dado que ni tan siquiera se conocen los nuevos pliegos, con el periodo del concurso-, el pago del servicio se «normalizará», dado que la partida destinada a la nueva contrata se destinaría a la actual de Acciona.
