Enorme susto el que se llevaron ayer cuatro familias de la céntrica calle San Gregorio de Orihuela. Parte del suelo de la azotea cedió cayendo encima de una de las viviendas situadas en el segundo piso, donde vive una familia asiática que en esos momentos no se encontraba en el interior de la vivienda. La inquilina, embarazada y con una niña pequeña, había salido de la casa minutos antes del accidente, lo que evitó una posible tragedia.

El suceso se produjo pasadas las tres de la tarde. Según los vecinos, un forjado del edificio cedió en el patio interior provocando la caída de parte del suelo de la azotea sobre el techo de escayola del segundo izquierda de ese edificio de dos plantas, situado en el número 25 de la calle San Gregorio, junto a la Glorieta Gabriel Miró.

Efectivos de los bomberos del parque de Orihuela se personaron en el edificio para valorar los daños producidos. La Policía Local ordenó la evacuación de las cuatro familias que viven allí, que han tenido que pasar la noche fuera de sus casas. y acordonó la zona.

«Estaba cocinando y no he oído nada», explicó a este diario uno de los vecinos, Ricardo, que vive en el primer piso. «Ha sido un policía quien ha llamado a la puerta y me ha dicho que tenía que desalojar mi vivienda y que cogiera lo que pudiera», explica mientras ultima un cigarro sentado en la valla de uno de los jardines de la Glorieta, junto a varias maletas. «He llamado a unos amigos y me van a acoger en su casa durante el tiempo que no pueda volver», se resigna.

Sin riesgo

Los técnicos del Ayuntamiento estuvieron comprobando la estructura para realizar un informe de los daños causados en este antiguo inmueble. Está previsto que hoy, tras descartarse riesgo de nuevos desprendimientos, puedan regresar a sus casas las familias que viven en el primer piso. Las del segundo, más dañadas, deberán aún esperar a que se termine de desescombrar. El edificio cuenta con un local comercial, una carnicería, que, a pesar del cordón policial, decidió abrir sus puertas por la tarde.