El Ayuntamiento de Torrevieja anunció ayer algunos cambios de cara a la celebración del mercadillo hoy viernes en su nueva ubicación, dio algunas recomendaciones a los usuarios e hizo balance de cómo transcurrió la primera jornada en la que este tradicional mercado se trasladaba al nuevo recinto de mercados y ferias.

El concejal de Mercados, Javier Manzanares (PSOE) dijo que con la primera experiencia del traslado uno de los elementos que ya se van a modificar de cara al próximo viernes es el número de autobuses de la nueva línea de mercado, que va a pasar de uno a dos, con lo que la frecuencia de paso se va a reducir a la mitad y los usuarios dispondrán de servicio cada 20 minutos. El primer autobús saldrá a las 8 de la mañana del intercambiador de las Eras de la Sal y el segundo a las 8,20 horas. Manzanares ha asegurado que desde el Ayuntamiento hay una intención muy clara de facilitar al máximo «que la gente pueda ir al mercado» por lo que «en temporada alta o cuando sea necesario se puede poner un tercer autobús».

Entre los puntos de mejora el edil ha señalado también la circulación de vehículos, tanto en el interior como en el exterior del recinto de mercados. En ese sentido ha referido que está a la espera de «conocer los informes policiales, de tráfico» para abordar «posibles cambios en el sentido de circulación, sus indicciones serán claves para actuar».

Menos hurtos

Además, indicó que durante la jornada del viernes se produjeron retenciones en la circulación, especialmente en la Avenida de Rosa Mazón, pero que el tráfico era fluido tanto en la Avenida de las Cortes Valencianas como en Monge y Bielsa, por lo que ha recomendado a los usuarios «utilizar estas vías alternativas para llegar hasta el recinto». También recordó que recientemente se ha comenzado una obra de canalización de agua en la Avenida de Rosa Mazón, por lo que «aún es más aconsejable utilizar los otros accesos».

A falta de los informes oficiales, la percepción que le han transmitido los cuerpos y fuerzas de seguridad es que «ha descendido el número de incidencias relacionadas con hurtos y robos», algo que achacó al hecho de que se trate de un recinto cerrado en el que es más fácil poder vigilar a las personas que se dedican a cometer este tipo de actos y que además la policía «suele reconocerlos».