Cientos de cojenses se animaron ayer a participar en la romería en honor a San Isidro, patrón de la huerta y los labradores. La comitiva, entre festiva y religiosa, partía de la plaza de la Glorieta, en la que a antes, sobre las nueve de la mañana se oficiaba una misa junto al santuario y convento de la Virgen del Carmen. Desde allí, protegidos contra el sol con sombrero de paja, los romeros han recorrido los distintos barrios de Cox, entre jotas dedicadas al patrón de los agricultores, alcanzaron sobre las doce pequeña ermita consagrada al santo, situada junto a la antigua cantera y la sierra.

La celebración, en la que se pide protección para las cosechas, sigue siendo el mejor argumento para pasar un día de primavera en el campo con familiares y amigos. El carromato con el que el santo realiza el recorrido fue adornado, como es tradicional, con frutas y verduras. San Isidro sigue celebrándose por todo lo alto en el municipio.

De hecho, mantiene esta fecha como fiesta local en su calendario, aunque ayer algunos de los principales negocios de distribución abrieron sus puertas. Pero esta fiesta siempre ha estado vinculada a la principal actividad económica local, la distribución y comercialización de fruta y verdura procedente de cualquier rincón del mundo y en la que las empresas locales son punteras en el país. Algo que se hace notar en el propio desfile. El municipio, además, como buena parte de las poblaciones de la Vega Baja, cuenta todavía con su pequeña zona de explotación agrícola de huerta regada por las azarbes y acequias del Segura.