«Hay que acostumbrar a la gente a comprar con la cabeza, y el corazón, y no sólo con el bolsillo». El que pronuncia esta rotunda frase es Andrés Javaloy, el dueño de la única tienda de Comercio Justo que hay en la comarca, y que se encuentra en la calle Mayor de Orihuela. Javaloy lleva 10 años regentando este negocio que, asegura, «no es un local de caridad, como muchos piensan, sino que lo que hacemos es vender productos que se pagan de manera ecuánime a sus productores, sin más intermediarios que Intermón Oxfam».

Orihuela es una de las 16 ciudades españolas por el Comercio Justo, que ayer celebraron el Día Mundial de este negocio «solidario y alternativo». La tienda de Javaloy sacó a la calle sus productos que expuso en una mesa y en un puesto en el mercado de los sábados en la avenida de la Vega. Chocolates, galletas, pasta, infusiones, azúcar de caña, miel, licores, mermeladas y productos de artesanía, directamente comprados a sus creadores en países donde la pobreza es extrema, se dieron a conocer a los que nunca han comprado en este tipo de comercio.

«Lo que se busca es que no haya intermediarios, que todas las partes implicadas en el proceso, desde que se elabora un producto hasta que llega al consumidor final, obtengan unas ganancias justas y equilibradas», explicó Benjamín Valero, quien junto a Andrés Javaloy fueron los encargados de ofrecer degustaciones en la tienda a todo aquél que se acercó. «Hay muchos que dicen que es caro, que nuestros productos valen más que otros similares en un comercio tradicional, y es cierto que sube un pequeño porcentaje, pero yo siempre les pongo como ejemplo que de una tableta de chocolate el productor se lleva sólo el 5% de lo que paga la persona que la compra, mientras que esa tableta comprada en el comercio justo, el agricultor de la explotación de cacao gana un 30%», añadió Javaloy.

A la cola

En España el consumo de productos «justos» se ha incrementado un 16% en el último año. Un negocio que mueve en nuestro país 34 millones de euros anuales, y en todo el planeta 7.400 millones. No obstante, los españoles estamos a la cola de la Unión Europea en la compra de productos solidarios, a pesar de que «ayudan a cooperativas de agricultura y artesanía a no depender de las multinacionales y a tener salarios y condiciones de trabajo dignas y sin explotación», indicó Valero.

El cartel que se ha diseñado para conmemorar el Día Mundial del Comercio Justo en Orihuela es muy ilustrativo. En la imagen se ve a tres peces, el más pequeño persiguiendo al mediano y el mediano al grande, «al revés de lo que ocurre con el comercio tradicional donde las grandes empresas se comen al pequeño, que son agricultores y artesanos del Sur», concluyó Andrés Javaloy.