El concejal Manzanares ha agradecido el trabajo realizado durante estas últimas semanas por los funcionarios adscritos a su departamento, María Martos y Ana Cuéllar, a la hora de que todo esté preparado para el día 12. En general, sin que se haya hecho una encuesta exhaustiva, la sensación entre los vendedores es de satisfacción con el traslado, y en cualquier caso de menor oposición de la esperada. Consideran que el grueso de su clientela ya acudía al actual emplazamiento en coche y autobús, por lo que el cambio, a un lugar más accesible no va a ser problema, además de mejorar las condiciones de venta e imagen para sus productos, en especial para el tipo de usuario que más gasto realiza, el del residente extranjero, ya habituado en la comarca a acudir en coche a otros populares zocos, como el de Almoradí o Algorfa.

El cambio no genera tanto consenso, ni mucho menos, entre un sector de población mayor, «torrevejenses de toda la vida», que todavía se acercan a pie, hasta el mercadillo actual, y que no tienen nada claro que vaya a realizar el esfuerzo de acercarse «a pata». Ni utilizar la línea de autobús. También van a perder los numerosos establecimientos de hostelería que hacen caja, sobre todo, durante la jornada del viernes, en Nueva Torrevieja. El Ayuntamiento insiste en el aumento de la seguridad y matiza que habrá que esperar resultados para valorar.