La comunidad holandesa de la Vega Baja y de la provincia celebró ayer en Benijófar el Koningsdag. El día del rey. En concreto su rey, el Rey Guillermo que cumplía 50 años. Una singular festividad con el cumpleaños del rey como trasfondo. Y la mejor excusa para organizar una jornada de convivencia gastronómica, lúdica y con diversas actividades, como mercadillos.

Los holandeses discretos durante estancia de descanso en tierras españolas, se desmelenaran por una vez al año -la cerveza y el atuendo estrafalario junto a la vestimenta naranja era el síntoma más evidente ayer en la celebración-.

El tiempo acompañó a la efeméride. Según se mire. Se asimiló al que tienen los holandeses casi todo el año, gris y húmedo. Pero no fue el sol radiante que esperaban los convocantes de este evento monárquico, algo que restó concurrencia a un encuentro que ya lleva celebrándose algunos años en Benijófar con mucho éxito. Y que ayer esperaba a más de mil personas, que fueron solo unas docenas. Impulsado por un par de restaurantes holandeses, una comunidad de unos trescientos vecinos de esa nacionalidad, especialmente afincada en las urbanizaciones, y el apoyo del Ayuntamiento de Benijófar a la hora de ceder las instalaciones del principal parque del municipio, la Cañada Marsá, situado a las puertas de Rojales.