Los regantes del juzgado de aguas Azud de Afeitamí de Almoradí están hartos de pagar las multas que les impone la CHS por los desechos que aparecen en los canales de riego, acequias y azarbes. Los agricultores defienden que no son ellos quienes los arrojan a los acueductos y piden soluciones.

«El problema no es solamente de los regantes de la Vega Baja, es toda la cuenca del Segura y en su resolución deben participar no solo las comunidades de regantes, sino todas las administraciones públicas con responsabilidades en materia de Medio Ambiente y Urbanismo, como Ayuntamientos, Diputación y la propia Conselleria .

Pese a ello, «el organismo de cuenca hace caso omiso a nuestras indicaciones y sólo recurre a la imposición de expedientes sancionadores, olvidando que buena parte de los residuos circulan por un cauce público, que es de su exclusiva responsabilidad».

Los regantes creen que parte del problema radica en que los azarbes están hechos de obra de mampostería y a cielo abierto, donde discurren paralelamente a sus cauces caminos y carreteras transitados por los vecinos que viven en pequeños núcleos urbanos «que han crecido de forma incontrolada en nuestra huerta durante los últimos 20 años, careciendo éstos de unos mínimos servicios de recogida de basura, alcantarillado y contenedores suficientes. Esa falta de servicios municipales es precisamente parte del origen del problema».

Por todo ello el juez de aguas de Almoradí, Carlos Barrera, pide que la CHS y todas las comunidades de regantes organicen reuniones en las que participen todos los organismos implicados para afrontar el problema de los vertidos porque la solución «no puede pasar por sancionar al eslabón más débil, que son los agricultores».