Ocho de los jugadores más destacados del fútbol en silla de ruedas eléctrica, los que forman parte de la selección de Francia, entrenan estos días en el polideportivo de Callosa de Segura. Una delegación se ha desplazado desde el país vecino hasta la Vega Baja para realizar parte de los entrenamientos con los que se preparan para el mundial, que se celebrará en julio en Orlando (Florida) y en el que participa una decena de países.

La elección de este territorio para practicar las tácticas de juego radica principalmente en que sus condiciones climáticas, con el calor y la humedad, se asemejan mucho a las de esa ciudad de Estados Unidos. También porque el propulsor de este deporte en España, Vicent Maciá, es alicantino y mantiene vínculos familiares en el municipio callosino.

La selección francesa de «powerchair», como se conoce a este deporte en el ámbito internacional, está formada por ocho jóvenes de entre 15 y 35 años. Entre ellos hay una mujer, que juega como portera. Se trata de uno de los deportes más inclusivos puesto que los equipos son mixtos y la única limitación es que el discapacitado se maneje en una silla de ruedas de este tipo. Están especialmente preparadas para la competición, alcanzan una velocidad de 10 kilómetros por hora y cuestan hasta 11.000 euros. Son máquinas con una perfecta precisión de movimientos. Sorprende ver la habilidad con la que los jugadores las manejan dirigiendo el balón o realizando giros de 360 grados para lanzar la pelota hacia la portería.

Reglas de juego

Los entrenadores de este equipo son Ricardo Riso y Bernard Bertouluse. Los mismos explicaron ayer que las bases de juego son las mismas que en el fútbol aunque se añaden dos reglas más: en la zona del área sólo puede estar el portero y un defensa, por lo que si hay un segundo defensa se consideraría falta. La segunda es que sólo puede entrar un jugador a tratar de quitarle el balón a otro, no dos. También está prohibido lanzar la pelota a la parte trasera de las sillas y los golpes entre ellas.

La selección se ha hospedado estos días en un albergue de Guardamar del Segura y ha aprovechado también para hacer turismo en esa ciudad y en la capital provincial. Cada uno de los jugadores se desplaza con un cuidador y en el grupo se integra también un médico, un técnico de máquinas, tres empleados ayudantes, los entrenadores y los directivos de la selección.

Al entrenamiento de ayer acudió José Tomás Giménez, vinculado al equipo Furia, el primer grupo alicantino que practica este deporte. El mismo consideró que hace falta más apoyo de las administraciones para fomentar esta práctica en la provincia, aunque destacó que cada vez con más los grupos que se forman en España y que aspiran a dar impulso a una selección nacional en cuanto se pueda. Francia es para ellos un país ejemplo en este sentido. Allí juegan unas 1.000 personas a este deporte en primera, segunda y tercera división. Sólo los más destacados están en la selección nacional y, por méritos propios, entrenando estos días en el municipio callosino.