Sacar de la «Lista Roja» de los monumentos en peligro las tres edificaciones señaladas por la asociación Hispania Nostra, que vela por el patrimonio a nivel estatal y recuperar lo que durante años fueron las joyas arquitectónicas de la ciudad, un caídas en el abandono por parte de las administraciones, hasta el punto de que, literalmente, se caen a pedazos. Este es el objetivo de la moción que Cambiemos Orihuela llevará mañana al Pleno municipal, y con la que esperan no solo adquirir el compromiso del equipo de gobierno local para que se rehabilite el Palacio de Rubalcava, la Iglesia de San Agustín y el Castillo de Orihuela -los tres conjuntos señalados por la entidad-, sino que sirva para, de una vez, pasar a la acción.

Desde el equipo de gobierno recogieron ayer el guante. El edil de Patrimonio, Rafael Almagro, reiteró, como ya ha apuntado en numerosas ocasiones, que «la rehabilitación del Palacio de Rubalcava se va a llevar a cabo sí o sí este año, ya se a cargo de remanentes del pasado año o con cargo a los presupuestos de 2017», que están pendientes de aprobación, todavía, y para el que se prevé una inversión cercana al 1,5 millones de euros. En cuanto al Castillo «también tenemos un proyecto de actuación para conservar y mejorar lo que hay. Pero hay que ser realistas: que nadie espere que se levante de nuevo el Castillo, es imposible. Está en muy avanzado estado de ruina y lo único que se puede hacer es intentar mejorar y conservar lo que queda».

En ambos casos, el del Palacio de Rubalcava y el del Castillo, la titularidad y por tanto la competencia en cuanto a su rehabilitación, es municipal, por lo que la pelota está en el tejado del Ayuntamiento. Más compleja es la situación de la Iglesia de San Agustín, cuyo propietario es el Obispado, y «aunque ha estado presente en distintas conversaciones que hemos tenido con ellos, la actuación necesaria es de mucho calado», por lo que, a priori, es inviable a corto plazo, señaló Almagro. «Me consta que hace menos de un año se realizó una actuación, pero es un tema complejo», añadió. Desde Cambiemos, la edil Marta Guillén instó a que se haga uso de los fondos DUSI, que prevén una subvención de 10 millones de euros, condicionada al gasto por parte del Ayuntamiento de otros 10 más, para hacer frente a este tipo de actuaciones. Almagro añadió que «lo que piden se está haciendo. Parece que cojan (la oposición) todo lo que estamos haciendo y salgan a pedirlo, para luego apuntarse el tanto».

Lo que no se está haciendo, a tenor de los resultados, es el cuidado del conjunto del casco histórico, porque «cuando hablamos de conservar el patrimonio no es solo los monumentos y edificios emblemáticos, es el todo. No se está cumpliendo la ordenanza de Inspección Técnica de Viviendas aprobada en la legislatura anterior, y no queremos ver casos como el que una procesión tenga que modificar su recorrido porque las casas se caen», como sucedió en la pasada Semana Santa. Otro ejemplo es la continua caída de cascotes en los edificios del casco histórico, el abandono de muchos de ellos, como ha denunciado la oposición en numerosas ocasiones o la falta de inversión en recuperación del patrimonio.

En este sentido, el edil del área recordó que «estamos centrados en la Torre de Envergonyes», que en abril del año pasado se anunció que se restauraría, con cargo a los propietarios. Otro de los inmuebles que sufrió recientemente un nuevo varapalo es la Casa del Minero, para la que se «prevé una actuación menor para asegurar que no se vuelven a producir desprendimientos», tras el derrumbe de una de las paredes hace algunas semanas, que se suma al desplome del techo el pasado año. Recuperar toda la edificación tiene un presupuesto de 120.000 euros, según anunció Almagro, aunque el proyecto que existía antes del derrumbe para evitar el mismo, tenía un presupuesto de 12.000, que ya no sirve de nada pues la pared cedió.