El paseo que da acceso al Mirador de los Hiladores asciende hasta una vieja fábrica de hilado de cáñamo puesta en marcha a finales de los 50. El edificio, construido en piedra, está siendo restaurado mediante varios talleres de empleo. El objetivo final pasa por disponer allí un centro de interpretación de las labores del cáñamo que servirá para ampliar la ruta cultural que da a conocer ese antiguo oficio, que busca su declaración como Bien de Interés Cultural.