El concejal de Cambiemos Orihuela, Karlos Bernabé, ha denunciado esta mañana la presencia de una bandera franquista en la pedanía oriolana de La Murada lo que ha calificado de un "insulto a los valores democráticos". El símbolo se exhibe en un mástil colocado en la terraza de un bar, situado en la la calle Marqués de Lacy, la principal calle principal de la pedanía y que la atraviesa. La bandera con el escudo preconstitucional se encuentra flanqueada por otras dos banderas de la Unión Europea y una cuarta de España, ésta sí constitucional. Ayer, el propio Bernabé, alertado por vecinos de La Murada, acudió personalmente para confirmar la presencia de la bandera franquista. El concejal exigió a los empleados la retirada de la bandera, hecho que no se produjo por la ausencia del dueño del local.

Karlos Bernabé ha condenado un hecho que, para Cambiemos Orihuela, tiene el agravante de suceder en el año Hernandiano. Bernabé ha señalado la hipocresía de la actitud del Gobierno municipal "que durante este año no para de darse golpes de pecho con el nombre de Miguel Hernández", y esta actitud, según denuncia el concejal, "es incompatible con permitir que en el espacio público se homenajee a quienes lo asesinaron". Ante éste y otros hechos, este grupo ha exigido que el Ayuntamiento intervenga con determinación para erradicar del espacio público lo que señalan, "es una exaltación del odio y el fascismo". "Esta bandera es un ataque a la memoria democrática, también a la memoria de Miguel Hernández, y un insulto al pueblo de Orihuela en general, y a la gente de La Murada en especial, por lo que el gobierno local debe utilizar todos los medios a su alcance para lograr la retirada de esta bandera", sentenció Bernabé.

El coportavoz de Cambiemos Orihuela ha recordado que las fiestas de La Murada empiezan esta misma semana, y se ha preguntado si ésa es la imagen que se quiere transmitir a la gente en tan señaladas fechas. Así, según el concejal oriolano, "el problema no son los 4 o 5 votantes que quieren resucitar los peores fantasmas del pasado, el problema son las autoridades y gobernantes que los legitiman con un silencio cómplice".