Mientras el alcalde de Guardamar del Segura, José Luis Sáez (PSOE) ha comenzado a jugar al gato y al ratón con la Generalitat Valenciana a cuenta de la instalación en el municipio de una de las dos plantas de transferencia de basuras que hay que abrir en la Vega Baja, el Partido Popular liderado por Carmen Verdú (PP) ha iniciado una batalla con todos sus medios para tumbar el proyecto. De hecho, el jueves la formación anunció que comenzarán a recoger firmas entre los ciudadanos y que pondrán «todos los recursos a su alcance» para que fracase. A dos años y medio de las elecciones; es decir, llegando al ecuador de la legislatura, los populares han encontrado no sólo una buena baza para recuperar el poder, sino que tienen un lema hecho ha medida: «No es justo que Guardamar reciba 113.000 toneladas de basuras sin tratar procedentes de 11 municipios de la Vega Baja, transportada por más de 50 camiones diarios de gran tonelaje». Si esto es cierto o no -el alcalde afirmó que serían 25-, lo cierto y verdad que desde el presidente del Consorcio, Manuel Pineda, al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, los socialistas se juegan y mucho en un proyecto que no funcionó con el PP y en el que, evidentemente, ellos no pueden salir derrotados. El coste que de por sí les va a costar en votos en las urnas ya será bastante sacrificio. De hecho, el regidor guardamarenco ya ha moderado su discurso a cuenta de este asunto y esta misma semana, en declaraciones a este periódico, supeditaba el apoyo a la planta al hecho de que la administración valenciana estuviera dispuesta a una serie de mejoras en las vías a través de las cuales se podrá acceder a la instalación.

Mientras tanto, la portavoz del PP, Carmen Verdú, recordaba ayer cómo el 30 de marzo en el pleno los otros tres grupos municipales tumbaron su proyecto de rechazar la instalación, sacando adelante una iniciativa para que este asunto se decida por referéndum. «Lo sorprendente para los ciudadanos -asegura Carmen Verdú- fue lo unida que esta la izquierda para rechazar todo lo que venga del PP, aún a riesgo de perjudicar los intereses generales de Guardamar, ya que el alcalde, aun conociendo un informe existente que hasta ha salido en prensa donde se analizan todos los riesgos, olores, ruidos y molestias a los núcleos de población cercana como El Edén y el elevado coste de la macro planta, sigue creyendo que es una muy buena noticia para Guardamar».

La portavoz del PP aprovechó para acusar al regidor de tener «poco criterio. Aquí se hace lo que le mandan sus superiores. Si desde la Consellería quieren poner la planta en Guardamar, que no es ninguna bicoca y que nadie quiere , es porque consideran al alcalde un pardillo».