Nuestro Padre Jesús de la Caída fue la primera obra de arte en cruzar ayer las calles de Orihuela, un cristo esculpido por las manos del maestro Francisco Salzillo en 1754. Se trata del paso titular de la Cofradía del Perdón, que inició la procesión de Martes Santo con sus cuatro imponentes conjuntos escultóricos arropados por cientos de nazarenos que este año celebran el 90 aniversario de su fundación. Un aniversario en el que se dio la bienvenida a nuevos cofrades y en el que se recordó a los que ya no están, especialmente a Fernando Requeni, quien fue miembro de la junta directiva hasta fallecer. En su memoria se dispusieron crespones negros en estandartes y varas y se cantó «La Muerte no es el final» minutos antes de empezar el desfile.

Un imponente ejército formado por la Sociedad Compañía de Armados Centuria Romana de Nuestro Padre Jesús de Orihuela escoltó a Jesús de la Caída camino del monte calvario y seguido por La Verónica, la mujer que según los evangelios se acercó al nazareno con un paño para enjugar de su rostro el sudor y la sangre. La talla ha sido recientemente restaurada por Pilar Vallalta y pasó a formar parte del patrimonio oriolano hace 75 años al igual que la del Cristo del Calvario, que fue el siguiente paso en realizar el recorrido. La cruz de madera sobre la que permanece clavado Jesús ha incorporado este año tres nuevas cantoneras de plata hechas por el mismo orfebre que diseño su trono, Rafael Moreno. La talla del cristo fue seguida después por el tercio de María Santísima del Perdón, su madre, que lloraba desconsolada el martirio de su hijo envuelta en un impresionante manto bordado en terciopelo rojo.

La Cofrade Portaguión del Perdón ha sido este año Olga Mariana Sáez. «Queríamos que fuera mujer y del tercio de La Verónica, por el aniversario», destacó ayer el presidente, Manuel Franco. La Cofradía estrenó asimismo nuevas varas con la singularidad de que ahora incluyen el escudo del color que representa a cada uno de los tercios.

Cruz penitencial

La segunda Cofradía que salió ayer en la procesión, la del Ecce Homo, recordó los episodios bíblicos que cuentan qué le sucedió al nazareno antes de sufrir la pasión y muerte. Abrió el desfile el tercio de la Cruz Penitencial. Se trata de una cruz tallada en madera de raíz de enebro con aplicaciones de plata realizada en el año 1953 por el orfebre valenciano Manuel Orrico. Salió escoltada por la Policía Local con uniforme de gala. Le siguió el tercio de la Guardia Pretoriana, al mando de Carmelo Sánchez Costa y con el pretor XIV, que encarna este año Manuel Ferrandez-Villena García.

La cofrade de Honor, Mayte Martínez Leandro, fue la encargada de portar el estandarte de la Cofradía abriendo así el tercio del paso titular, el del Cristo del Ecce-Homo, obra del murciano Salzillo que fue tallada en 1977. Destaca su manto bordado en oro que data de mitad del siglo XIX. Por último llegó La Sentencia, un conjunto escultórico que desfiló por primera vez en 1965 con motivo del 25 aniversario de la Cofradía y que es obra de Víctor de los Ríos. Tras el paso, la Banda de Cornetas y Tambores Auxilium de Orihuela.