La celebración del Día Mundial de la Poesía en Orihuela ha causado una agria polémica aireada en redes sociales. El artista Kike Payá mostró su malestar por el hecho de que el Ayuntamiento haya utilizado una caricatura sobre Miguel Hernández dibujada por él en los murales de San Isidro. La imagen sirvió para ilustrar las lonas que se colgaron en edificios públicos. Se hizo con su consentimiento, pero lo que Payá no esperaba es que ni si quiera se mencionara al autor y que recortaran su firma.

Kike Payá explicó que lo llamaron desde la Concejalía de Cultura «pidiéndole permiso para usar mi caricatura de Hernández del mural que pinté en 2015. Le dije que sí y le ofrecí, por si la querían, la imagen original. Con coste, por supuesto. Aún estoy esperando que me respondan». «Hoy he visto por fotografías que ya las han colgado. Y muchas. Han olvidado mencionar mi autoría y han recortado mi firma tal como aparece en el mural.No hablo de legalidad, ni de dinero. Pero no se puede negar que es cutre y lamentable. No creo merecer este desprecio».

La publicación, que causó decenas de comentarios de apoyo, fue contestada ayer por el concejal Juan Ignacio López-Bas, que dijo: «Para que quede claro, derechos de autor que no son el caso por aplicación del artículo 35.2 del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual vigente». «La imagen empleada...está expuesta de manera permanente en un mural callejero en el barrio de San Isidro, por lo que su difusión, reproducción y comunicación son libres y de todos. Y nunca se ha pretendido otra cosa que reproducir parcialmente esa obra ya expuesta públicamente en un diseño de la Concejalía».

Tras esto, Payá criticó que para el citado edil, si pintas un mural en San Isidro «automáticamente pierdes todos tus derechos sobre la obra, incluido uno tan dignificante y tan poco costoso económicamente como la mención o reconocimiento de autoría». Agradeció, eso sí, la franqueza del edil porque le hizo saber que lo ocurrido no había sido un lamentable error.